miércoles, 31 de diciembre de 2008

Bafangulo 2008!!!!!!!



Este fue el 2008! En lo personal, se puede ir bien a la mierda, porque lo voy a enterrar en el fondo de mi memoria!
Para los que fue un buen año, brindo por eso, salud!
y en nombre de los que queremos hacer con el viejo calendario un rollo de papel higiénico y usar una a una sus hojas durante el 2009, sean bienvenidos!
Felíz 2009, que todos se enamoren y se emborrachen en mi honor!
Pao

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Felíz No - Navidad!!!!!!


Ojalá todas las personas que inventaron la navidad para que uno se acuerde de que está peleado con la familia, no tiene pareja, no le alcanza el sueldo y el hígado se le va a reventar a pedazos de tanto tomar, esta noche tengan un cólico renal, se chamusquen los dedos con las estrellitas y se agarre una pataleta con el mantecol
Y Felíz No - Navidad para todos!!!!

martes, 16 de diciembre de 2008

Visión


Esa tarde la araña y yo tomábamos el té mientras aguardábamos oír juntas la sentencia.

- Hola. Le dije.

- Hola, qué tal. Me respondió.

- ¿Usted sabe porque vino? Le pregunté.

- Si, vine a advertirle que está atrapada. Vine para decirle que es la víctima. Usted ha sido elegida para probar el veneno. Ya está desparramado por su cuerpo. Yo la inyecté sin que se diera cuenta.
Usted cometió un error. Se relajó en mi presencia. Venía cansada de un largo viaje, y recostó su cabeza en la piedra debajo de la cual yo sobrevivo durante los períodos grises, hasta que consigo alimento.


- Ah. Le respondí mientras revolvía el té helado.

La araña escuálida me escudriñó con sus ojos ciegos.

- ¿Qué es lo que suponía, que íbamos a contemplar su caso?
Me preguntó la frialdad de los insectos encargados de ultimar al desprevenido.

- No, al menos creí que iba a ser un cadáver exquisito.
Le dije mientras empaquetaba los libros en mi mente.

- Qué lamentable. Usted no entendió. Parecía más inteligente en el proceso. De todas formas, no es igual a todas, lo sabrá porque al menos vinimos a advertirle.

-¿Vinimos? Usted y quienes más, si aquí no hay nadie?

La araña no contestó más preguntas y tejió su última red. La del silencio de los que ya no están.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Baby, drive my car


Sin dudas, una de las peores situaciones del matrimonio, es ser la copiloto del auto de un señor (tu marido, obviamente) que espera esa situación para empezar a declamar, a los gritos, un rosario de improperios no sólo hacia el resto del tráfico, como si todo el parque automotor se hubiese complotado en su contra y fueran cómplices entre ellos con el único objetivo de cagarle la vida a él, sino también hacia tu persona, tonta de ti, que aguardas pacientemente a que se le pase el berrinche aniñado o bien, a que se quede afónico de repente y si todos los astros están alineados a tu favor, no recupere jamás la voz.
No se sabe por qué extraña razón de la naturaleza, los hombres esperan a subirse al auto para sacar ese Mr Hyde que atesoran en su interior, y al ritmo del GNC y las canciones pedorras de la FM latinos, se ensañan en hacerte reflexionar sobre las circunstancias más disímiles: que regás las plantas a deshora, que comprás productos innecesarios en el supermercado, que la boleta de la luz llegó el doble que hace dos meses (claro, sin tener en cuenta que también llegó el verano y los 35° a la sombra) y que este año ni piensa ir a pasar Navidad con tu familia, porque no se banca a tu hermana y a su marido boxeador.
Ya sé, porque también he estado en tu lugar: tu mecanismo de defensa es la ventanilla. Mirás por la ventanilla haciendo de cuenta que vas por la campiña francesa en un tren con Benicio del Toro, y cuando regresás a la tierra lo único que querés, más que mirar, es tirarte por la ventana del auto en movimiento.
La separación no es el camino más fácil, tenés que acostumbrarte a no tener auto en algunos casos (yo soy el ejemplo A) y a viajar muchas horas y esperar muchas otras el colectivo. Sin embargo, y puesta a elegir, prefiero hacer dedo en el desierto de San Juan, acompañada por amables lagartijas y con menos agua que la Difunta Correa, y no ser la copiloto del auto de un sacado al que le vendría muy bien pasar una temporada en las anchas praderas de El Sauce, con un primoroso chalequito sin mangas ideal para esta temporada.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Hay una lágrima sobre el teléfono

Esto es un teléfono, funciones más, funciones menos. Bueno, me gustaría avisarles a todos los que me conocen, que lo odio. Odio hablar por teléfono, odio que el maldito aparato suene en cualquier momento, odio tener que atenderlo cuando el otro quiere hablar, pero yo no!.
No es en contra de nadie, no es que no los quiera, no es que me olvide de todos mis amigos pro-telefónicos, pero chicos, si fuera por mi, habría hecho desterrar todas las líneas que existen aún en este planeta, las que no se robaron las mafias del cobre, y otro tanto más haría con las antenas de los celulares. Excepto que las compañías firmaran un consentimiento de sólo dejar la función mensaje de texto. Porque un mensaje de texto es, a diferencia de la llamada maldita, algo más limpio y discreto. Si quiero, tengo crédito y es impostergable, lo contesto. Si no, lo dejo para después. Pero esa puta costumbre de llamar que tiene la gente... la detesto. ODIO HABLAR POR TELÉFONO CON TODA MI ALMA!
Si me quieren, no me llamen!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
manden mensajes nomás.

martes, 2 de diciembre de 2008

Parásitos existenciales


El mundo está lleno de parásitos existenciales. Los hay de todos los colores, vienen en todos los formatos, se cuentan por miles. El mundo es como una gran bolsa de papel de la que estos seres estúpidos rebasan tal y como los pochoclos se desbordan de los recipientes que se compran en la puerta del cine.
Son los que te complican las tareas más simples,
los que no hacen ni dejan hacer,
los que están para cuestionar lo que otro construyó,
los que siembran sospechas,
crean cadenas de chismes,
mandan spam,
rompen los climas laborales,
te llaman a cualquier hora al celular,
te roban las ideas,
envidian los progresos de otros,
jamás aportan nada,
piden cosas prestadas todo el tiempo, desde lapiceras y comida, hasta tu auto, casa y a veces a tu marido y/o esposa sin carta de pre aviso,
no se arman su propio bunker, sino que deambulan acomodándose en historias prestadas como los zánganos insectos que son...
Te tengo una noticia, estamos rodeados.
Así que, si tenés donde, corré a refugiarte, que seguramente esta manga de langostas sueltas ya deben estar planificando cómo complicarte la vida.

La Caja de Pizza


Me resulta inevitable: cuando doblo las cajas de pizza, me acuerdo de vos, Fidelito. No entiendo, y nunca entenderé cómo fue que no me quedó nada de nuestra escueta y marginal relación.
Es por eso que, revisando los archivos de la memoria, puse todo mi empeño en rescatar un recuerdo bueno. Un recuerdo útil, al menos amable, benevolente, de todos esos días que me despertaba en el lugar más extraño del mundo: tu casa. Porque una casa, es, yo lo sé más que nadie, el reflejo de la gente. Uno puede mentir con la letra, incluso uno hasta le puede mentir al cura, y al psiquiatra. Porque las casas no mienten. Y la tuya siempre me resultó, querido Fidel, un lugar cuanto menos, equivocado. Nadie se imaginaría, al entrar en ella que quien vive allí es un hombre solo, tu casa es una casa de mujer. Es que no te puedo engañar: alguien que cuida plantas y coloca un jarrón amarillo sobre una pared bordeaux es más parecido a una mujer que yo misma.
Sin embargo, tu casa es también el lugar más frío que conozco. Una casa sin sillas no invita a nadie, cordialmente, a quedarse. Me acuerdo perfectamente del día que entré y no había dónde sentarse. Me dijiste “Vendí las sillas porque no me gustaban”. Lo raro es que vendiste todas las sillas, no dejaste ni siquiera una para colgar la cartera, o facilitarle a una tía de 80 años reumática y con bastón.
Pero de todas maneras, seguí revolviendo entre tantas situaciones impagables, y racionalmente no pude evocar ninguna circunstancia edificante.
Porque vos, Fidelito, sacabas lo peor de mi. Hacías foco en mis debilidades, iluminabas siempre la parte que me faltaba, lo que había quedado desprolijo, inconcluso, lo que tenía alguna hilacha, la comida siempre sin gracia, los regalos siempre equivocados, los momentos siempre errados, las oportunidades siempre inoportunas.
La verdad, Fidel, mis recuerdos de vos son una mierda
Sin embargo, ayer, frente a una enorme caja de pizza vacía, en la que bailaban una docena de carozos de aceitunas perdidas, se me vino a la cabeza el único aprendizaje que me quedó de tu frialdad calculada: me enseñaste a doblar las cajas de cartón para que entraran en la basura, sin tener que presionarla tanto hasta romper la bolsa, ni ocupar dos envoltorios para deshacerse de ella.
He aquí la receta: el paso 1 consiste, por supuesto, en pedir una pizza por teléfono.
La operación puede complicarse si en el preciso momento del pedido, al Tomba se le ocurre pasar a primera, más si es un sábado a la noche, y tu casa queda en un barrio cercano al Feliciano Gambarte.
¿Porque no habrás sido hincha del Tomba, Fidelito?. Siempre lo pensé. Al menos habría culpado de tan estrepitoso final a que te estabas dedicando a una segunda relación, como la que todos los hombres bien nacidos tienen con el club de sus amores.
Pero no. Si hasta te quedaba cerca de casa y no fuiste capaz de curiosear el fenómeno ni siquiera para polemizar sobre los barrabravas con la selecta elite de intelectuales de la que formabas parte.
Nunca entendí esa filosofía de vida que te hacía más parecido al jugador de golf que sos que a una persona normal, que a un hombre como cualquier otro, que arma equipos imaginarios para participar con sus amigotes en el Gran DT, o se golpea la cabeza cuando su equipo no gana.
Pero retomando la receta de cómo doblar la caja de pizza, el
paso 2 consiste en que el chico del delivery llegue. Si resulta que el mensajero alimenticio es fanático de El Expreso y este se encuentra en el momento culminante del partido, la situación se pondrá un poco más violenta. Todo porque el hambre, la espera y la poca comprensión del fenómeno futbolístico y mucho mas por la inmensa lejanía tuya hacia cualquier sentimiento de pasión desbordada, llamése amor romántico o fanatismo deportivo, sumado a una heladera vacía, provocan que el ambiente se ponga espeso.
Yo sé, nunca podrías ponerte comprensivo frente a una demora provocada por un delivery a quien le importa más no perderse un gol del Tomba que llegar a tu casa antes de provocar tu furia por su tardanza. En su mundo de trabajador errante vos y tu pulcritud no son más que una mancha blanca en el barro de su motito repartidora. Mientras él no es más que un mamífero mal educado para vos.
En el hipotético caso que el repartidor se decidiera a arrancar la moto en algún momento, y llegara finalmente a tu casa con la pizza, pasaríamos al paso 3. La cena.
Este momento podría resumirse en devorar la pizza, degustar el vino y finalizar la velada. Pero puede extenderse un poco más la explicación, aunque después de la comida y la bebida ya no hay mucho que explicar. A quien se le ocurre, sino a mi, relacionarse con alguien que come la pizza con cuchillo y tenedor.
De todas formas, con cubiertos o sin ellos, a la hora de la digestión, uno ya comienza a pensar qué hacer con esa enorme y vacía incomodidad. No hablo sólo de la caja, claro está, sino de la vacuidad de nuestra siniestra relación. Dos idiotas tratando de parecer normales, cuando ninguno de los dos quisiera estar allí, conteniendo la respiración. Yo, con ganas de tirarte la caja por la cabeza, decirte lo infeliz que era por haberme convertido en esa especie de novia no declarada que odiaba ser y vos con lisos y llanos deseos de que eso que pasaba entre nosotros (digo eso, porque en verdad siempre fue inclasificable) nunca hubiese sucedido.
Sin embargo, ninguno de los dos decía nada. Ambos soportábamos el sopor del silencio chorreando por las paredes bordeaux y de fondo, la hinchada de El Tomba coreando una canción de cancha irreproducible para nuestros oídos poco acostumbrados a ese tipo de sonido.
Volvamos a la caja, único vestigio de nuestra relación forzada. E intentemos reconstruir su desaparición.
El tema de cómo destruirla, es directamente proporcional a las mentiras que somos capaces de decir. En este caso, de las mentiras que los hombres son capaces de inventar.
En general, los hombres que no mienten mucho, no se plantean demasiado qué hacer con la caja, porque lo importante, lo que había en ella, ya se esfumó. Nunca piensan en que necesitarán una bolsa más grande para arrojarla en la basura, ni se preguntan por qué no haber hecho otro pedido, alguno que no implicara incómodos envases de los que hay que deshacerse.
Sin embargo, los golfistas como vos necesitan tener calculado en qué utilizarán cada centímetro cúbico de su energía. Medir las reacciones. Pensar exactamente para qué harán tal o cuál movimiento.
Al mismo tiempo, necesitan instrucciones de vuelo para saber cómo pilotear los momentos previos y los posteriores a la cama con una chica que de la que no están enamorados. Los hombres comunes a veces se bañan, le abren la puerta, tienen sexo, quizás le preguntan el nombre y ella después se va. Y ellos encienden el televisor y se dedican a mirar el partido. De la chica, ni noticias hasta la próxima cama.
Pero vos, vos como todos los que para tirar una caja de pizza primero la empapan debajo de una canilla y después la apelmazan hasta convertirla en un bollito insignificante de cartón arrugado, vos necesitabas envolverme a mi también. Darme argumentos, dejarme que me acercara para después borrarme, buscar que ocupara un lugar en tu vida, pero cuando te resultaba incómoda llevarme a un remate, tal y como sucedía con todas las cosas que te molestaban y lo digo literalmente. Todo lo que en tu casa ocupaba demasiado espacio, terminaba formando parte de los objetos a rematar en Venturino. Inclusive los palos de golf y la guitarra. Todo.
Pero yo me di cuenta a tiempo. Me di cuenta que vos y tu manera de doblar la caja,
Que vos y tu frialdad deportiva,
Que vos y tus cálculos absolutos,
Que vos y tu crueldad mecanizada,
Que vos y tus absurdos movimientos de golfista siniestro,
Que vos, Fidelito, eras un tremendo hijo de puta.
Pero te agradezco el aprendizaje, porque de todas las cosas que me enseñaron las personas tóxicas que conocí en mi vida, vos aportaste la más útil de todas las que aplico a diario en mi doméstica vida.
Por eso, cada vez que humedezco una caja para doblarla y tirarla al tachito de los desperdicios, me acuerdo mucho de vos, Fidelito. Y te mando mis bendiciones.

viernes, 28 de noviembre de 2008

viernes, 21 de noviembre de 2008

Esa tortura semanal del supermercado

Quien inventó que los grandes supermercados estuvieran lejos de la ciudad, evidentemente no tuvo en cuenta a las mujeres solas y sin auto.
La verdad es que lo que antes de separarme era una tarea más de la vida, hoy por hoy se ha vuelto una tortura difícil de explicar sin haber pasado por ella.
En primer lugar, no tengo un supermercado cerca. El más cercano es un almacén de barrio con góndolas, en el que toda mercadería está a punto de claudicar o tiene gusto uniforme a jabón en polvo, vaya a saber por qué extraña razón de los depósitos. Pertenece a una cadena local, por lo tanto no podemos echar la culpa a Corea ni a ningún país asiático del exótico sabor a un producto higiénico sin definir que adquieren los comestibles. Digamos que para zafar o comprar enlatados, está bien, pero si uno cree que va a sobrevivir mucho tiempo con una alimentación a base de latas de ensalada jardinera, no va a llegar muy lejos.
A diez cuadras hay un Carrefour. Creo que los dueños y por propiedad transitiva, los gerentes locales de Carrefour creen que pisar ese supermercado es como ingresar a una embajada: todo está a precio francés. La verdad no lo frecuento mucho, porque cada vez que voy y me doy cuenta que a una papa cepillada ellos la llaman con un estrafalario nombre en otro idioma y la cobran en libras esterlinas, me doy cuenta que no está a mi nivel. Además, la vuelta del Carrefour hasta mi casa es un calvario de diez cuadras de subida y si no porto un cargamento de bolsas de nylon que te dejan los dedos moreteados, arrastro un carrito de compras que es la vergüenza de la gente que me conoce (yo no siento vergüenza de mi carrito, ya lo dije en otro post). Nunca voy a descubrir por qué, pero en este supermercado jamás encontrás un taxi cuando salís a la calle. Podés esperar tres horas, lo más factible es que se te derrita la manteca que compraste y hasta es más común que la calabaza que adquiriste en la verdulería se transforme en el carruaje de cenicienta y desciendan de él tres ratones convertidos en lacayos, que tengas la suerte de encontrar un medio de transporte a tu medida. Yo he regresado a mi casa en las camionetas más destartaladas y en los autos más truchos que alguien pueda imaginar, a riesgo de contraer tétanos o ser asaltada por un fugado de la penitenciaria, pero tampoco se puede una quedar esperando para siempre que apareza un auto amarillo y negro en el horizonte, te volvés como podés.
Los almacenes no compiten. Hay un mercadito divino en la otra cuadra, pero la señora que atiende es más amarga que la radicheta que vende, y además es un lugar de reunión barrial que detesto.
Por lo tanto, mis expectativas siguen bajando.
Antes buscaba un hombre cool, con gustos intelectuales parecidos a los míos.
Después me enamoré de cultos periodistas que rozaban a diario la posibilidad de convertirse en el border line que todos llevamos dentro.
Por último pretendí un técnico con caja de herramientas en mi destino.
Ahora sólo busco a alguien que me ayude a traer hasta mi casa las bolsas del supermercado. Sé que tendré problemas, vivo en un primer piso y hay que subir una escalera. El que avisa no traiciona.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Morir en el intento

Quien te ha dicho que no se puede morir en el intento? Bah.
Podés fracasar sin alcanzar lo que habías estado intentando por años
Podés irte de vacaciones y que llueva los 14 días
Podés perder las valijas, los documentos y el dinero en el aeropuerto y quedar detenido por sudamericano e ilegal.
Podés divorciarte de tu marido para empezar una relación con un amante y que a último momento se de cuenta de que se arrepintió.
Podés ponerte un negocio en abril y que el paro del campo y la crisis internacional te lo garquen en tres meses
Podés tener hermanos que te odien, padres que no te entiendan, amigos que no te conozcan y parejas que prefieran remontar barriletes con los boys scouts antes de pasar un fin de semana con vos o ver televisión con los pies arriba de un banco y la panza asomando a través del botón abierto de la camisa mientras te repiten que esa actividad es parte de su trabajo
Podés cambiarte de trabajo y volverte al viejo en menos de un año porque nunca te adaptaste al nuevo y perder antigüedad, vacaciones y aguinaldos, pero conservar la frentecita bien alta!
Te pueden bajar en helicóptero porque te quedaste sin aire dos metros antes de alcanzar la cumbre
Querida, querido, siempre se puede ser un poco más loser.
Siempre se puede morir en el intento.
Por eso, mejor no lo ensayes. Hacelo y ya.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¡Feliz día del inodoro!


No puedo dejar pasar esta fecha tan especial sin hacer alguna alusión a ella en el blog. Es que para deleite de nuestros traseros, hoy es un día ilustre, el día del inodoro.
Por eso, quiero dedicar esta efeméride tan particular a todas las personas que, sistemática y meticulosamente, me cagaron con prolijidad y ahínco.
Vaya a ellos, este sentido homenaje. y de paso, me gustaría decirles, en sintonía con la oportunidad, que se pueden ir bien a la mierda.
Muchas gracias!

sábado, 15 de noviembre de 2008

El Palito Ortega

Entre las distintas tipologías de periodistas que pululan en este viciado ambiente de las redacciones (entre los que podría reconocer algunos al vuelo: el psicópata, el pajero intelectual, el trabajador obsesivo, el drogadicto reventado aficionado a cagar mujeres, el demandante absurdo, el vanidoso al pedo, el escapista, el degenerado y el simplemente inútil, ya hablaré de ellos en alguna oportunidad) existe uno destacable por su afición a la pelotudez, lo he denominado el "palito ortega".
El palito es algo así como un boludo alegre, al que todo lo que le vendés le viene bien. Como no lee, escucha las noticias pero no las entiende y no decodifica más que los programas del estilo "magazine mañanero" -por lo tanto es más probable que esté al tanto de quien quedó eliminado de Bailando por un Sueño, pero desconoce que en la Casa de Gobierno una docena de empleados estatales tomaron de rehén al gobernador y lo obligaron a pasearse vestido de Minnie por la Peatonal Sarmiento - es probable que publique cosas que ya salieron hasta en el Correveidile y crea que tiene la primicia de la semana.
El palito se roba sistemáticamente las revistas que vienen como anabólicos en los diarios, tiene especial afinidad con la 7 Días, Rumbos, y ni hablar de la Touch! y Uno Decora, desaparecen de la redacción como por arte de magia.
Trae un tupper con comida que se encontró en el fondo de la heladera de la casa de su madre, que generalmente consiste en pizza fría con una feta seca de jamón, a la que se le doblaron las puntas, y una aceituna al borde de la deshidratación.
Se viste con ropa de niño, cree que es inimputable porque se anima a caer a trabajar con una chomba de cuando iba al polimodal, bermudas de jean y mocasines de nobuk con medias blancas.
Generalmente está de novio con una estudiante de odontología, o la secretaria de una prepaga que conoció en una nota arreglada.
Le gusta escribir notas de las AFJP, Anses, Obras Sanitarias o la Policía. Busca lo novedoso, pero siempre es una noticia inflada detrás de la cual no hay nada más que un poco de humo.
Palito es muy amable con los jefes. Tiene siempre una actitud amigable con los gerentes y casi siempre el dueño del multimedio lo conoce por su nombre y apellido, no porque sea un periodista brillante, sino porque él se encargó de mandarle un regalo para su cumpleaños con una tarjetita escrita con bolígrafo azul.
Palito no toma mate. Dice que no le gusta, pero en su interior tiene negada la posibilidad de succionar una bombilla a la que todos babearon previamente sin morirse de asco en el intento. Prefiere prepararse un té o una yerbita digestiva.
En verdad, no es un tipo feo, pero ninguna mujer de la redacción lo miró jamás, nada más porque tiene menos sensualidad que el hombre vestido de hamburguesa o el payaso extorsionador que obliga a los padres a comprarle globos a los niños. Igual queda claro que las periodistas amamos meternos con el drogadicto reventado aficionado a cagar a las mujeres, pero eso es motivo de otro post.
Al fin, todos sabemos que con Palito no se puede contar, que no figurara jamás en nuestro facebook, pero para la tranquilidad de nuestras conciencias, no está dentro de sus aspiraciones integrarse al grupo humano de ninguna actividad laboral. Está muy ocupado consiguiendo la lista con la fecha de cumpleaños de los gerentes generales.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Lapelotuda



Dicen que las mujeres de piscis somos doce distintas a la vez. No me cabe la menor duda de que la frase es real y no pienso justificar por qué me remito al zodiaco para encabezar esta declaración.
Lo cierto es que entre la docena de distintas féminas por las que estoy conformada (una monstruosa los días previos a menstruar, una bastante desubicada para opinar y una en la edad del pavo para divertirme, entre otras) Está lapelotuda que habita en mi.
Lapelotuda es simplemente, una débil mental que desconoce el vocablo “no” y actúa “tracción a culpa” como principal combustible para movilizar sus acciones. Un ser que tiene desconectado el cable entre lo que tiene ganas de hacer y lo que finalmente termina haciendo.
Cuando estoy frente a un desafío, por ejemplo, decir que no quiero encarar un negocio o que me parece que me están cagando pidiéndome que haga un laburo de más, muchas veces Lapelotuda me traiciona, y mientras yo piso el freno y detengo el motor para no ir a dar directo al corazón del pantano, Lapelotuda aprieta el acelerador y ambas terminamos con el barro hasta la cintura, y cada vez que intentamos movernos para salir, terminamos más y más hundidas.
Lapelotuda me ha hecho estampar la firma en papeles absolutamente comprometedores, como el del acta de matrimonio y cientos de escrituras de las que no sé por qué termino siendo parte.
También me ha embarcado en empresas inciertas, a las que no me animo a negarme de participar, aunque una vez que estoy adentro, quisiera colgarme de la cadena del baño por haber aceptado.
Gracias a lapelotuda he concurrido a lugares sin ganas, compartido veladas con gente indeseable, escuchado peroratas interminables, departido con sujetos inexplicables, trabajado sin cobrar, hecho horas extras por amor al arte, dormido fuera de mi casa, aceptado caprichos, requerimientos y solicitudes exóticas de mi madre, tomado el té con ex suegras dignas de un manual de Freud y encarado situaciones que, pensándolas sin lapelotuda en el medio, hubiese sido verdaderamente imposible que salieran bien.
Lapelouta me guió a ponerme un vestido de casamiento dentro del cual parecía un merengue gigante, me encaminó a regresar a la casa de mi ex jefe y amante cada vez que él quería verme y a tomarme taxis a horas ridículas cuando él lo decidía, y lapelotuda, que tenía ganas de putearlo hasta en esperanto, le respondía sólo con construcciones indoloras del tipo“Puede ser, no me pasa nada, hasta luego”
Pero ya es hora de que se deje de interponer en el normal desarrollo de mi existencia.
Es tiempo de amordazarla y ocultarla en la baulera.
No la puedo matar, porque ya es parte del staff, pero sí puedo hacerla callar para siempre, cortarle las cuerdas vocales y que nunca más decida por mi.
Lapelotuda ya me metió en suficientes quilombos, ahora me toca a mi complicarle un poco la vida.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Oda a los funcionarios públicos



Voy a morir peleando. Me van a encontrar patas para arriba, como una cucharacha resistiendo el raid, aunque esta manga de inadaptados, ladrones de gallinas, improvisados y vergonzosos desvergonzados me quieran mandar a trabajar detrás de sus cochinos mostradores públicos. Vuélvanse a sus agujeros,carroña! Vuélvanse a ese lugar del que nunca deberían haber salido, váyanse bien a la concha de su madre!!!

Papelitos

Ayer encontré unos papelitos amarillos que escribía en plena depresión. Los iba metiendo en la billetera o en algún bolsillo del bolso, o debajo de la almohada, para aguantar. Cada vez que quería hacer una estupidez, los leía, al igual que cuando no podía parar de llorar. Algunos tienen ideas (prestadas) casi de humor negro, pero aseguro que el humor me salvó muchas veces de no morir aplastada por mis propios yoes malignos. Estos papelitos fueron un cable a tierra, un puente, una baranda. Los encontré arrugados, porque solía apretarlos después de leerlos, supongo que para que me "entraran" casi por ósmosis.
Pensé en tirarlos, pero ahora los vos a transcribir acá, para que queden colgados del aire.

Podría estar más sola sin mi soledad, tan habituada estoy a mi destino Emily Dickinson

Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimientoSimone de Beauvoir

La palabra humana es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas. (G. Flaubert, de Madame Bovary)

"Quisiera hoy ser felíz de buena gana" (César Vallejo)

"No me dejes sólo alegría, sólo angustia, tómame, sálvame, sosíégame, o prescinde de mi" (J.Joyce)

"Cuando lo hayas encontrado, anótalo". (Ch. Dickens)

viernes, 31 de octubre de 2008

Consumir antes de Julio del 2001


Esta semana tuve la graficación de mi desidia culinaria más estrepitosa, de mi dejadez hogareña más patente, y la clara explicación de por qué me pasan las cosas que me pasan en la vida, o mejor dicho, porque la vida me pasa por encima en más de una oportunidad. Encontré en la alacena de mi cocina, una caja de gelatina que vencía en el 2001........... LEAN: CONSUMIR PREFERENTEMENTE ANTES DE JULIO DEL 2001!!!!!!!!!!!!!!!!!
Eso equivale a pensar que:
En el 2001, yo estaba casada
En el 2001, mi ex marido se quedó sin trabajo
En el 2001 ni pensaba en ser periodista
En el 2001, trabajaba part time en un jardín de infantes sin ser maestra,
En el 2001, pintaba elefantitos de colores en las manualidades de los alumnos,
En el 2001, pesaba 20 kilos más que ahora,
En el 2001, todavía no había conocido a algunas personas que me cambiaron la vida (para bien) y a otras que me la arruinaron un poco (para mal)
En el 2001, todavía no había pasado la barrera de los treinta,
En el 2001, todavía no se había muerto Ginzburg,
En el 2001 no pasábamos aún por los 5 presidentes en una semana,

y lo peor, lo más impresionante y patente de todo esto, es que.........
EN JULIO DEL 2001, TODAVÍA NO SE CAÍAN LAS TORRES GEMELAS!!!!!!!!!!!!!!!
ESO SIGNIFICA QUE MI GELATINA, LA QUE YO TUVE DURANTE VARIAS MUDANZAS, Y LA QUE SOPORTÓ SIGILOSAMENTE EN LA ALACENA MIENTRAS LOS DEMÁS PRODUCTOS ERAN CONSUMIDOS Y DESHECHADOS, LA QUE ESTUVO SIETE AÑOS SIN MOVERSE PARA NO SER VISTA Y NO SER UTILIZADA, FUE TESTIGO MUDO DE UN BRUTAL CAMBIO DE ÉPOCA!!!!!!!!!!!!

La verdad, la tiré, porque me dio vergüenza tanta impericia, pero al hacerlo, sentí un leve dolor en el pecho. Es que estaba deshechando un producto histórico. No cualquier premezcla para buñuelos pasada de fecha, no una lata de tuco vencida al azar........... No. Esa era una gelatina transitando un ciclo sin igual. Testigo culinario mudo de la caída de un imperio.

sábado, 25 de octubre de 2008

LAMEBOTAS


De las personas a las que quiero asesinar ultimamente, la que encabeza la lista es el compañero "lamebotas". Una especie que surge de la cruza entre un chupamedias básico/a y un/a inoperante, y que lamentablemente se te sienta cerca en alguna oficina o redacción.

Lamebotas es una especie rastrera y amorfa, que va tomando la forma del espacio que queda entre un compañero de trabajo y otro, se acomoda y empieza a crecer, como un parásito.

Se alimenta y nutre de las equivocaciones, defectos y características de los demás y hace lo posible por destacar ante el jefe que él/ella "no es así", "que está dispuesto/a a cooperar", que "lo hace por el crecimiento de la empresa". Jamás se convertirá en popular entre los demás, sólo a la hora del almuerzo, cuando todos encuentran un buen motivo para hacerlo/a a fuego lento, en la parilla de los comentarios.

Lamebotas es así porque carece de talento y creatividad. y está destinado a esperar que otro cometa un error para demostrar que él o ella sí puede hacerlo bien, pero jamás dará el primer paso ni tendrá una iniciativa con vuelo propio.

En su niñez, fue entrenado/a por su madre para aprenderse de memoria la letra del protagonista de la obra infantil, papel para el que audicionó y fue descartado/a. Cada noche, rezaba para que al chiquito talentoso le diera fiebre, o le apareciera una eruptiva desconocida que lo obligara a quedarse en su casa mientras él o ella ocupaba su lugar.

Ya de grandes, lamebotas es un ser irracional que supone que mejorando un producto ya lanzado al mercado, tendrá más éxito y será reconocido. Y en verdad, está destinado a ser lo que la pepsi a la Coca Cola, o lo que el alfajor Jorgito al Havanna. apenas cosquillas para intentar abrir la boca a una ballena!

Lamebotas del mundo, depongan su actitud. Desháganse de esa técnica loser de scannear los errores ajenos creyendo que ese es el comienzo del camino para obtener logros propios.

Continuarán siendo sanguijuelas laborales que apenas molestan y que todos quieren sacarse de encima.

viernes, 24 de octubre de 2008

Desires to Kill

Hace un tiempo que siento unos incontrolables deseos de matar a alguien.
Específicamente, a un cabrón que anda suelto por ahí.
Para más datos, un deficiente mental que la juega de hombre común y buen tipo y en verdad es un sádico hijo de mil puta.
Por ahora, canalizo mis intenciones de darle un tiro en la cabeza (bien merecido se lo tendría) imaginando que tiene cólicos renales nocturnos, se convierte en impotente y contrae cáncer en la lengua. Como supongo que ninguna de esas cosas le van a suceder en verdad, calculo que pasaré el resto de mis días planificando una venganza potable y con alguna metodología que no figure en el Código de Faltas. Porque conociéndome, estoy segura que terminaré haciendo una provation en la escuelita de la otra cuadra de su casa.

viernes, 3 de octubre de 2008

Mi ex está de novio

Después de haberme torturado durante dos años pensado qué es lo que podría hacer mi ex sin mi, luego de horas y horas de culpa y de andar medio a escondidas ocultando la única relación buena que he tenido en mucho tiempo, hoy me vengo a enterar que...¡eureka! mi ex marido está de novio.
Mi ex es periodista, del estilo de persona que todos quisieran tener en un asado, porque sin importar si conoce o no a la audiencia, termina siendo el más simpático de la fiesta y si, en verdad es capaz de levantar un muerto con su alegre perorata. Eso si: nunca le pude pedir que me resolviera algo, porque era francamente una empresa tan imposible como atravesar el mar en flota flota.

Si chicas, si. para las que pensaban que los ex a los que dejás casi cayéndote de culo por el peso de la mochila llena de culpa que cargás en la espalda, les tengo una noticia:

ELLOS TE HUBIERAN HECHO LO MISMO SI PRIMERO SI SE ENTERABAN DE TUS INTENCIONES!

Los ex son todos iguales. novios, amantes, jefes o maridos. Todos sirven para engrosar la larga lista de cosas que no volverías a hacer con nadie y a cada uno se les olvidó quedarse con algo que se podrían haber llevado: desde paciencia, hasta el descorchador de botellas que ya habías aprendido a manejar o el auto que pagó con el esfuerzo de ambos. Eso por no mencionar lo que te dejaron: arrugas, kilos, unos cuantos alplax en la mesa de luz, el cepillo de dientes viejo, la perra ovejero alemán en el patio que no quiere salir a pasear con un señor desconocido y una caja de herramientas que si vos no sabés para qué carajo sirve lo que hay adentro, para él es como el eslabón perdido o la máquina de dios: absolutamente al pedo haberla fabricado.
La verdad es que,el camino más sano para guardar esas historias es la papelera de reciclaje o el archivo fantasma. Ahora, si te cuesta un poco encender el destructor de documentos sin antes haberle puesto tu sello personal a la desintegración, hay otros caminos más objetivamente fundamentalistas: quemarles la casa con kerosenne puede ser una salida elegante, plantarle medio kilo de marihuana en la guantera del auto o mandarle una carta - bomba son alternativas para no desperdiciar.
De todas maneras, siempre queda la opción de recordar por qué fue que te decidiste a dejarlo. Darte vuelta, taparte y seguir durmiendo atravesada, con toda la cama para vos.

viernes, 26 de septiembre de 2008

El club del Narciso


En esta profesión hay una especie que, más allá de extinguirse, como podría suceder si existiese la justicia terrenal por sobre la divina, brotan cual hongos después de la lluvia, se multiplican cual babosas en maceta y me parecen más aburridos que ir a tomar el té con una suegra, o más pedantes que Mirtha Legrand en la peluquería. Los he bautizado “El club del Narciso”, con todo respeto por el extinto Ibañez Menta. Se trata de un grupete (si, si, cualquier analogía con la realidad no es exageración de quien lea) de periodistas pseudo – genios, que se juntan en los cafés a lamerse las botas unos a otros, y se sienten tanto o más imprescindibles que la agenda setting para la profesión. En su universo paralelo y desfasado de la realidad, sienten que sin ellos, el político de turno no es nadie, y que en sus mesas de bar de viejo baboso se cuecen nuestros destinos. Se excitan de sólo caer en la cuenta de lo genios que son, y aunque sean feos y no tengan una erección desde los 12 años, se sienten una mezcla de Colin Farell, Bob Woodward, Carl Bernstein, todo sazonado con un estilo de pluma a lo Truman Capote. Escriben lo que lamentables operadores de turno les indican, pero suponen que los que le toman el pulso a la realidad son ellos. Loas a los que se creen que instalan los temas y no pueden instalarme ni la cadena del inodoro!!!. A esos genios de cafetín que nos han marcado el camino a todos los cronistas que no sabemos donde estamos parados, porque sin ellos, ni nosotros ni nuestras generaciones postreras (tan postreras como sus panzas) tendríamos destino!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Aleluya, gloria a Mariano Moreno por estos hijos dilectos que el periodismo nos dejó!!!!!!!!!!!!!!!!!

lunes, 18 de agosto de 2008

Hubieron no existe


A ver si nos organizamos, queridos utilizadores permanentes de la lengua castellana..... El término "hubieron" no existe tal y como se lo utiliza. Digamos que en nuestro uso del idioma, no existe de ninguna manera, para no generar falsas expectativas.
Esto lo explica mejor la Real Academia Española: No se considera correcto el uso de la forma hubieron cuando el verbo haber se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, pues con este valor haber es impersonal y, como tal, carece de sujeto (el elemento nominal que aparece junto al verbo es el complemento directo) y se usa solo en tercera persona del singular. Son, pues, incorrectas oraciones como Hubieron muchos voluntarios para realizar esa misión o No hubieron problemas para entrar al concierto; debe decirse Hubo muchos voluntarios para realizar esa misión o No hubo problemas para entrar al concierto.
¿Entendieron presentadores del noticiero de la noche?
¿Captaron, funcionarios de la Dirección General de Escuelas, que dicen "hubieron" en las conferencias de prensa?
¿Les entró, diputados y senadores que no leen ni el Paturuzú?
Bueno, mejor. porque la próxima vez que escuche a una maestra, periodista o director de orquesta diciendo "hubieron", le prometo machucarlo o machucarla... Después de todo, la letra con sangre, entra..........!!!!!

viernes, 8 de agosto de 2008

lunes, 28 de julio de 2008

Say no more en el colectivo

El mundo es un lugar molesto para mi. Desde pequeños inconvenientes, como revolver el bolso porque no doy con las llaves y encontrarlas enredadas en los auriculares del mp3, hasta grandísimas molestias, como no conseguir un taxi cuando salgo del supermercado cargada de bolsas, todo puede ser pasible de de arruinarme la vida hasta el otro día. Sin embargo, de las miles de chanchadas que nos depara la cotidianeidad, no hay nada que me predisponga peor para subsistir que alguien me hable cuando me subo al colectivo a la mañana.
Para mi el viaje en micro se hizo para pensar.
Por eso prefiero salir antes de mi casa y enganchar el que más tarda en llegar a mi trabajo.
El viaje es mi agenda mental. Mirar por la ventanilla me abre la imaginación.
Resuelvo problemas, se me ocurren ideas,organizo notas, recuerdo lo que tengo que hacer y saco cuentas.
Por eso, odio tomar contacto con la gente en este tramo de mi existencia. No soporto contestar el celular,saludar y conversar. He dejado de hablarme con personas conocidas para siempre sólo porque coincidía con ellas en el mismo pasaje, y sabía que si una vez las saludaba, tendría que ir charlando con ellas cada vez que nos cruzáramos. Por eso, y esto es la pura verdad, prefiero pasar por antipática, insoportable, desagradable y pedante, y no estar a merced de estas charlas mañaneras que me caen peor que comerme un pedazo de pizza fría en ayunas.
Quizás puedo enviar un sms, a lo sumo, dos o tres mientras me deleito con las maravillas del transporte público de pasajeros, pero ni siquiera soporto escuchar música, aunque los auriculares me han salvado en más de una oportunidad de algún pasajero molesto que quiere iniciar un intercambio verbal imprudente y mal educado. Detesto darme cuenta que alguien me está mirando fijo, listo para encarar el diálogo.
El colectivo no se ha hecho para andar uniendo soledades, ni como terapia de grupo para gente que no tiene con quien hablar. Al menos a mi, no me miren. No tengo intenciones de sacar a nadie de su pozo depresivo y solitario. Yo estoy feliz con mi soliloquio, Háganme caso, sigan mi ejemplo! conversen para adentro que hace muy bien.

sábado, 26 de julio de 2008

Qué bonita vecindad...


Si hay personas con las cuáles nunca coincidí en ningún aspecto, esas personas son los vecinos.

En verdad, siempre fui antisociable por antonomasia,pero a los vecinos les guardo un disgusto particular. Quizás porque saben demasiados secretos domésticos, como la cantidad de veces por semana que tiendo medias y bombachas y la calidad de las mismas, ó quizás me moleste esa proximidad premeditada y nunca requerida, o la voracidad con la que se adueñan de los secretos de uno sin que sepamos por donde se filtran.... no sé bien qué, pero siempre he detestado a los vecinos.

De todas maneras, a quien más aborrezco es a Susana y a su perra caniche minitoy. Qué seres parecidos y deleznables. Mi perra ovejero alemán casi se come al canichito endemoniado y yo no se lo permití... cuánto me arrepiento ahora, cuando la escucho taladrarme el cerebro con esos ladriditos infames.

De todas maneras, algunos de ellos son dignos de recordar... muchos ya no están y por hincha pelotas, amargos o excéntricos, deberían permanecer en esta galería de personajes estrambóticos:

Don Álvarez y su pierna ortopédica (a la que yo cariñosamente llamaba "la pata de palo")

Mercedes, solterona por excelencia, siempre con la boca pintada de un rojo furioso y acompañada por sus dos sabuesos de batalla: Laica y Perlita (perlita era una horrible cruza entre rata, chiguaga y murciélago pseudo rabioso)

los hermanos Való o Baló, o vaya a saber uno como se escribía ese apellido, tres hermanos solterones que tuvieron un AMI 8 guardado en un garage durante unos cuarenta años.

Haydé y don Rubén, una pareja algo desquiciada, ella era una señora bastante particular: hacía regalos y luego se las ingeniaba para que el agasajado se los devolviera, de una u otra forma. Mientras que él no estaba dotado de un carácter muy amigable que digamos. De vez en cuando practicaba puching ball con su esposa. De todas maneras, nada fuera de lo común para las rarezas del barrio.

En ese entorno, mi familia brillaba entre las normalidades de la cuadra, aunque luego perdimos la línea y fuimos destronados por gente más paqueta.

y quizás yo, por haber convivido con tanto vecino fuera de lo común, fue desarrollando un odio acérrimo a la multitud -que para mi resulta de la coincidencia en un mismo espacio físico de tres o cuatro personas con las cuales no tengo idea de cómo sobrellevar una conversación por más de siete minutos- y así continuaré hasta el día en el que ya no me haga falta relacionarme más con nadie... estaré muerta o perdida en las tierras del alzahimer, pero ya no tendré que intercambiar vocablos con la humanidad. ¿Será esa la felicidad?

viernes, 25 de julio de 2008

Monstruos Cotidianos


En la vida es fácil encontrarse con estos seres monstruosos. No son tan exclusivos de los cuentos de terror. Andan regados por todos lados, crecen como la chipica, o como esos tréboles molestos entre las plantas. No es que lo inventó el autor de Hannibal Lecter y se ganó un premio por la originalidad.
Y por informales y domésticos, se vuelven tanto más peligrosos. Pueden estar dentro de tu familia, manejando un colectivo o dando una misa. Hasta detrás de un disfraz de muñeco de esos patéticos que obligan a los padres a comprarle un globo a un niño en una esquina.
Pueden venir en formato de jefe acosador, cura inmoral o marido golpeador. Todo el mundo puede cruzarse con uno de ellos y en verdad, no es fácil darse cuenta que están ahí, lo más probable es que uno sea engañado por su presencia, y cuando ya nos hemos puesto sobre aviso, sea demasiado tarde, y el infecto ser ya nos haya dejado clavado el aguijón de alguna forma.
Por eso, creo que una buena campaña en defensa de todas las personas que se los pueden encontrar en la otra esquina, sería desenmascararlos. Un escrache público, al estilo de los que se les hacen a los represores, no sería mala idea, pero no es tan fácil de llevar adelante.
Sin embargo, una campaña de desprestigio boca a boca, es una solución posible y no cuesta nada. Es más: a quien no le gusta contar lo que escuchó por ahí de tal o cual persona. Tanto más hay que hacerlo si el individuo se lo merece.
Una excelente idea que no es mía, sino de una amiga mala y creativa, es hacerlo acompañar al sujeto/a por un delivery del escrache, alguien que lo siga con un megáfono al supermercado, al video club, a la escuela de sus hijos y a su trabajo contándole a toda la sociedad lo que fue capaz de hacer el adefesio mal formado que la juega de sociable y paga los impuestos.
Ya que no hay un tribunal para juzgar a los mentirosos/as sentimentales, a los especuladores afectivos, a los engañadores/as, violentos y violentas, a los que se escudan detrás de su normalidad, a los instigadores/as al suicido psicológico, a los demoledores/as de autoestimas ajenas, PUES AFECTADO O AFECTADA: LA CONDENA SOCIAL ES EL CAMINO MÁS FÁCIL; ABRACÉMOSLO!
Y si no tenemos como bancar un escrachador al paso, hagámoslo artesanalmente: que cada persona que conocemos, se entere de la verdad. Aquel que parece a un buen vecino o vecina, es en realidad un psicópata de maceta. Que al menos se haga cargo de su propia muerte cívica.

miércoles, 23 de julio de 2008

Para qué sirve una familia política



Acá estamos, mi soledad de sábado y yo, para engalanar este blog con un tema que no es menor: la familia política. Para los que tenemos un núcleo familiar numeroso y complicado, llegar a la instancia de adquirir otra familia para la colección de desastres cotidianos es una estupidez que a veces cometemos. Además de ocuparnos de las pequeñas delicias de la convivencia fraterna con la misma gente con la que uno se crió, que de paso conoce nuestras mañas y mal que mal no nos denuncia a la policía del mal gusto, es una batalla que se debe de librar a diario.

Pasados los treinta, todo se pone más complicado.

Los padres comienzan a cobrarse todas las porquerías que les hicimos en la adolescencia tomando el papel de hijos, y así.... la vida se complica en estas épocas.

Y de repente, llegan ellos, con un gran moño y una tarjeta que dicen "pago contra reembolso

La familia política!!!!

Antes de despotricar incoherencias contra gente que uno desconoce, analicemos el
término "política". por algo, no es familia agregada, segunda familia, subfamilia
o algo por el estilo. No por nada, no inocentemente, no por esas casualidades del lenguaje alguien bautizó "política" al grupo humano que viene adherido al novio/a esposo, esposa, y/o conviviente.

Lo que ese cónclave dispuesto a juzgarlo a uno como un tribunal universitario, se parece a un parlamento legislativo, no tiene nombre.

Político es quien, supuestamente, lleva adelante un conjunto de estrategias para representar el poder que el pueblo le ha confiado, buscando el bien común, es decir, el que la sociedad reclama, y el de ellos mismos, por supuesto.

En este caso, papá y mamá postizos son quienes representan al hijo/a que les ha confiado el poder. y siempre van a buscar beneficiar al príncipe consorte, tratando, obviamente, de dificultarle el camino al adversario, en este casó quién lee estas líneas y yo misma.


Por tanto, una familia política, sirve, mis queridos, para tener que negociar con ellos toda la vida, y más vale llegar a un acuerdo que signifique que uno no deberá consultarles hasta cuál es la marca de papel higiénico que más le conviene al componente familiar secuestrado por uno.

Por eso, crean en mi, que lo digo con conocimiento de causa, la negociación más inteligente a la que uno puede llegar con ese dulce montón de gente, es lisa y llanamente, un pacto de no agresión. un don't disturbe, de acá a Japón.

La guerra fría no es buen negocio, también lo digo conociendo el paño. Siempre habrá un camino alterno, un dardo algo envenenado del que uno deberá hacerse cargo en algún momento, y por más que te hayas hecho un sistema antimisiles cual Guerra de las Galaxias, la madre de tu partener encontrará el método de violar el sistema antimisil y cuando menos lo esperes, te habrá enviado uno que destruya tanto escudo cósmico. Por eso, no inviertas tiempo en tratar de defenderte de esta especie. “Si no puedes vencerlos, únete a ellos”, dijo Napoleón.

Y si no podés unirte a ellos, entonces buscate un nuevo domicilio, en lo posible en Sudáfrica o Groenlandia, un lugar al que n se acceda más que en helicóptero, o bien en medio de la selva colombiana, cerca de algún campamento FARC, al que alguien que llega no se va en aproximadamente diecisiete años. La otra que te queda es esperar a que Damián Szifrón reedite los simuladores, y te puedas anotar en un capítulo para que te arreglen la vida.

O también te resta el camino más racional, al que –aunque todos nos resistamos- terminamos accediendo: Participá del próximo asado familiar y llevá siete kilos de helado para el postre (igual, lo más seguro es que no le aciertes en los gustos de la progenitora y también es probable que el padre sea diabético e interprete que quisiste matarlo subliminalmente)

En fin…… la familia política ha sido creada para que negocies con ella, o bien, para que tu abogado la incluya entre las causales de un divorcio contencioso.

jueves, 17 de julio de 2008

A quien se le habrá ocurrido tender la ropa...


De todas las actividades cotidianas que odio en la vida, la que más detesto y aborrezco es tender la ropa.


En primer lugar, porque sale del lavarropas de tal manera que siempre termina en el piso. con el agravante que mi lavarropas está en el patio y la perra también.


Conclusión: o debo dejar escapar a la perra, o debo dejar de tender la ropa. de las dos opciones, la segunda me resulta más viable, pero no la puedo esquivar más de dos o tres días. Porque siempre me pasa que cuando la empiezo a tironear, sale primero la manga de una remera, después una media sin par, inmediatamente la pierna de un pantalón pero ninguna de esas prendas sale completa. comienzan a aparecer por parte, como las piezas de un rompecabezas incompleto que no se terminan de armar.
Hasta que pego el arrancón, harta de sacar ropa mutilada, e intentando que alguna se complete de una vez. Ese es el momento en que recuerdo a la perra, los remolinos de pelo que deja en el piso, la tierra que se junta en mi patio (a la que no soy muy afecta a retirar) .... en fin. es una de las torturas cotidianas que me parece tan insufrible como inútil de padecer. Y sin embargo es una tara infranqueable.

La cosa se complica cuando la ropa queda tendida en forma despareja. Es decir, cuando una sábana, por ejemplo, queda corta de un lado y arrastra del otro. no hay nada que soporte menos que tener que solucionar ese tipo de pelotudeces.

Otra situación que me sucede seguido es demorar demasiado la tarea y que la ropa agarre un olor tan inmundo que la tenga que lavar de nuevo. De hecho, en este preciso momento y cuando escribo estas líneas, en el lavarropas hay un lavado de ayer que nunca saqué.

Después hay otro tipo de detalles insufribles, como perder las medias y encontrarlas dos o tres lavados después en algún lugar de la máquina de lavar, ya roídas de todas las veces que se centrifugaron, o imaginar que una ropa no destiñe, pero no haber tenido en cuenta que la puntillita o el ruedo sí lo hacen y encontrarte que tenés un nuevo estampado bicolor en todo lo que te querés poner.

En otras palabras: Amo el lavarropas automático pero el sádico que se le ocurrió inventar el tendedero y los broches en lugar de idear una fórmula para no usarlos más, se merece ir directamente al infierno, con Kirchner y D'Elía gritando a favor de las retenciones móviles, y De Angeli escupiendo un discurso inentendible sin ponerse el diente postizo.

viernes, 11 de julio de 2008

DOBLE CERO: PERMISO PARA MATAR


¿Qué harías mi querida lectora, si de repente, un día, se instituye el doble cero, código jamesbondista con el que se habilita el permiso para matar, aunque más no sea por diez minutos? En mi lista hay varios blancos. Gente a la que a diario me gustaría asesinar con mis propias manos, por ineptas, molestas, ladinas, obsecuentes, engreídas, mezquinas, aprovechadoras, mentirosas, envidiosas, carroñeras......... Pero si sólo tuviera la posibilidad de llevarme una cabeza debajo del brazo, sé perfectamente a quien iría a buscar.

Si, si. nada original lo mío. Todos sabrían que, si el miserable apareciera culo para arriba en un baldío, la artífice habría sido yo.

y aunque la legislación me avale, no tendría gracia, no habría ningún misterio para develar. Esas tramas que me gustan de las películas....... ni ahí.

Nada de encantador.

Por ahí empiezo por la chupamedias compañera de trabajo, o por la inútil de la oficina de prensa que me obstruye el trabajo, o por ese pariente que hace años viene rompiendo las pelotas. como para despuntar el vicio.

y al marginal mentiroso Quasimodo que me quemó el 70% de las neuronas lo dejo para el final. o le pago a un asesino a sueldo que haga un trabajo más pulcro que el mio. porque con tanta subjetividad, uno no puede llevar adelante un crimen con altura.

viernes, 27 de junio de 2008

La novia en negro II: la rebelión.


Para que todos lo sepan: la novia en negro se cansó y colgó el ramo de flores artificiales. Esa bondad sumisa y la sumisión forzada a la que fue practimente sometida, terminó. Se acabó. Las novia en negro se rebeló.

Eso de volverse en la mitad de la noche en taxi a su casa porque el susodicho no la invitó a quedarse, y no fue capaz de sacar el auto del garage para llevarla a la puerta de su casa, no va más. harta de tanto papel de pobre clara, la chica que andaba en el borde de la nada entre un noviazgo ilegal y una ilegalidad reglamentada, se fue a inspeccionar otras latitudes y se llevó la agenda.

Pero, cuidado. Jamás confíes en su bondad. Cuando la novia en negro se va, deja un remolino, un tornado tras de si.

Se va a ir, pero despotricando su verdad a los cuatro vientos. Se va, te deja por fin dormir toda la noche de corrido, pero ni vos, ni tu entorno se olvidarán de ella.

La novia en negro es como la novia de Kill Bill.

Siempre regresa, y está furiosa.

sábado, 14 de junio de 2008

LA NOVIA EN NEGRO


Para quienes se crean que estoy escribiendo una crítica o comentario sobre una película de suspenso, pues no...... se están equivocando. Hablo de esa instancia en la que solemos caer algunas embobadas, que es la de convertirse en la Novia en Negro de un sujeto.
Ser la novia en negro, la novia contratada, no es mi querida lectora, equivalente a ser la amante de alguien. No definitivo.
Se trata de una relación que fluctúa en un inmenso universo de "nies" (ni es esto, ni es lo otro) puesto que la elegida para ocupar el lugar de Novia sin estar en los libros pasa por el mismo cedazo que una novia clase A, léase lo invita a comer al señor, lo escucha, se ven una película juntos, ella lo banca a que él se decida, pero no le cuestiona mucho por miedo a no verlo nunca más, le acepta que no le conteste los mensajes de texto sino cuando él tiene ganas, le soporta las críticas, y no tiene mucho margen a hacer las suyas propias....
pero no es jamás merecedora del blanqueo.
Lo que digo es que, ser la novia en negro no es lo mismo que ser la amante del sujeto.
primero porque una siempre está esperando el pase a planta,
segundo porque a la amante se la venera y recompensa de alguna u otra forma
en cambio la zoqueta novia en negro se banca solita los taxis, de ida y vuelta a su hogar, no pide, no molesta, no cuestiona, está esperando abrazada al teléfono, pero si la llamada o sms nunca llega, y aunque tenga ganas de ir a la casa del susodicho con un palo y romperle la cabeza a garrotazos, nunca lo hace. La próxima vez que tiene noticias de él se pone tan feliz como si le hubiese llegado una invitación a París!!!!!!!!!
Se conforma y adapta a la función y estado de ánimo del versero, se ajusta a sus tiempos y espera pacientemente ganarse el puesto y dejar de hacer la pasantía en el noviazgo sin papeles. Pero mis queridas y nunca bien ponderadas Novias en Negro, a ustedes les digo: tienen el 140% de las posibilidades de que ese momento nunca llegue.
El tema es que al no darse cuenta a tiempo se pierden las posibilidades de ir en busca de un mundo mejor..... que existe y quizás las esté esperando en el lugar más inesperado, pero con esa persistencia y afición al fracaso afectivo, van por el peor de los caminos.
Hay que animarse a más y renunciar a la realización de ese voluntariado eterno.
Ser la novia en negro de alguien tiene menos onda que agarrarse los dedos con la puerta, basta de pasarte los sábados a la noche encerrada en su casa llamando al delivery. Es el momento de huir! más vale conseguir un humilde puestito de telemarketer con todas las de la ley en una relación modesta, que esperar que se te de la gerencia en la vida de ese discapacitado afectivo.

jueves, 1 de mayo de 2008

El periodismo me gusta, los periodistas no


Los y las que ejercen mi profesión -al menos algunos de ellos - me van a saber entender. Cuando empecé a trabajar en un diario, y más aún, cuando me inmiscuí en el mundillo periodístico fui teniendo cada vez más claro un sentimiento hacia mi profesión: el periodismo me gusta, pero los periodistas no. Es que en el corto tiempo que llevo ejerciendo la noble tarea de cronista, he conocido gente de todo tipo. Personas con distintas necesidades, pobres, ricos, fachos, travestis, ladrones, niños enfermos, grandes enajenados, jóvenes alienados, ultrareligiosos, discapacitados, incapacitados, buenos alumnos, alumnos violentos, maestras ejemplares, viejas y viejos avinagrados, funcionarios destacados, políticos negociadores, garcas de todo tipo, inútiles a pedal y espécimenes dignos de olvidar o de incluir en un insectario. Sin embargo, todo vale. Eso es lo noble y lo apasionante del periodismo. No saber con qué se va a encontrar uno en el devenir de la jornada de trabajo. Ahora, hay algo con lo que seguro, segurísimo una se va a topar: es con el ego de los colegas. Es que el periodismo es una profesión de ególatras pseudoestrellas que suponen que el mundo gira y las agendas se mueven porque ellos están allí, detrás de las noticias. Suponen que instalan temas, que bajan y suben a personalidades de la palestra, que asumen el rol del defensor del pueblo y que gracias a ellos los demás brillan, puesto que nadie brilla con luz propia, sino a través de su reflejo.

Están esos, a los que en verdad, detesto. Es tan desagradable cruzarlos por ahí y hacer de cuenta que no me molestan! que hasta a veces no lo puedo disimular demasiado.

Pero no sólo de egos vive esta profesión. También están los psicópatas laborales. Unos seres envenenados por adentro, que esparcen su líquido contaminado por fuera. Esos que no te pueden ver bien, que se apoderan de tus francos, que te traban una nota porque si, que se apasionan si te te tienen entre manos. Peligrosos porque a veces están camuflados de buenos tipos. Pero la locura los pone a prueba de vez en cuando, a ellos y a una, que puede identificar cuan entrenada está para no asesinar gente que se merecería que alguien la sujete por la solapa, la revolee tres metros y la haga practicar el vuelo de superman por la ventana más cercana.

Es una lucha esta profesión tan vapuleada, con unos suelditos tan pequeños que sólo pueden sostenerse apoyados en el extra de la alimentación del ego que proporciona el cartel con la firma, la nota de tapa y el llamado del funcionario de vez en cuando para tantear terreno. Lamentable, pero cierto. Los periodistas muchas veces nos conformamos con que nos atiendan rápido el teléfono y con un ágape de vez en cuando. Ah!!!!! y con creernos que alguna vez le movimos la aguja a alguien y la temperatura de un gobierno se modificó a través de nuestra pluma torcida.

martes, 22 de abril de 2008

El peligroso encanto de un anti-hincha


Este es un cuentito como para que caigas en la cuenta de que no todo lo que brilla es oro......(cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia, por supuesto, como todo en este blog)

Corría el año 2006 y las casas de electrodomésticos no daban abasto para responder a la venta de televisores de pantalla plana y otros adminículos electrónicos para que los muchachos disfrutaran a pleno del mundial de Alemania.

Desde allí, apoltronados en sus sillones y con el control remoto incrustado en la mano, los señores de la casa no existían más que para abrazar sus camisetas, llorar sobre la pantalla – de alegría o tristeza, intermitentemente – y nada en el mundo parecía ser visible, más allá de lo que sucedía en la cancha, siendo incluso capaces de ignorar a Angelina Jolie desnuda y saludándolos por la ventana.

Estos son los momentos propicios para que muchas chicas confundidas, cometan las peores equivocaciones de sus vidas.

No es por justificar, pero sintiéndose ignoradas y poco tenidas en cuenta, se lanzan a las calles, copan los shopping o se internan en bares hasta que la tormenta futbolística termine y puedan volver a tomar posesión del hogar, hasta el momento copado por una horda de hombres embravecidos y mentalmente impedidos de reaccionar por otra cosa que no tenga forma de esfera.

En este paraíso futbolístico para algunos, cadalso deportivo para otras, mi amiga Ana se enamoró de un tal Santiago. Un mal bicho si los hay, un mentiroso de la primera hora, un vendehumo inescrupuloso, pero con una virtud difícil de dejar pasar por alto: Santiago odiaba el fútbol.

Ana, una chica del montón y acostumbrada a una existencia a medias, en pareja desde hacía años con un muchacho básico cuatro puertas, más bien tirando a Homero Simpson que a Rolling Stone. Amante empedernido del balón. El señor en cuestión, (resguardaremos su nombre por obvios motivos de conservar su reputación en el café) parecía revivir cada cuatro años: sólo cuando en el fútbol se juega un mundial. Durante el mes del gran torneo, caía más que nunca en una especie de ensoñación o trance. Una barrera difícil de superar hasta para Jolie como la parió Dios, ya lo dijimos.

La chica, un poco hastiada de tanto tiempo de descuento y definición por penales, se apartaba del televisor, en busca de mejores horizontes.

Hasta que un día lo vio. Sentado en la esquina de un bar, leyendo descaradamente un ejemplar de “El poder de la palabra”, un sábado a la tarde, mientras la ciudad hervía frente al televisor, viendo a Argentina ganarle a México.
Los ojos de ella se clavaron en el él, en el libro, en él otra vez y después en el libro. Le llamó la atención que al sujeto no pareciera interesarle nada más en el mundo que lo que se encontraba encerrado entre las tapas y el lomo de aquel ejemplar.

Tanta observación repercutió en el sujeto, privado de todo encanto físico él, pero con una actitud más que inquietante, al menos en este contexto monocromático.


Ana tardó aproximadamente diez minutos en hilvanar una frase para explicarle a Santiago qué hacía mirándolo sin ninguna vergüenza social, y menos de tres o cuatro segundos en enamorarse, en el living de su casa, mientras él se mostraba serenamente astenio al vicio futbolístico.

Parecerá quizás una frivolidad extrema, pero estas cualidades, señores, a las chicas muchas veces nos enamoran. Sin preámbulos ni evaluaciones, siendo poseedores de la virtud de ser indiferente ante la causa de nuestras desventuras, creemos que el susodicho del que nos acabamos de prendar, es una especie de reencarnación de Buda, Einstein y Leonardo Da Vinci, todos juntos y al unísono en un solo ser.

La historia fue bien corta. El idilio duró menos que Argentina en carrera por ganar la copa. Pero más corto aún fue el tiempo que el tal Santiago se tardó en comenzar a demostrar todas sus demás cualidades, no sólo la de la aversión a la pelota.

Porque, queridas mías, convengamos: un hombre al que no le gusta el fútbol, prolijo, solitario y buen amante, que elige un idilio de autor mientras Argentina se juega la clasificación a la próxima ronda, es al menos un psicópata en ciernes.

Pero lamentablemente, cuando una está enceguecida por el espécimen que tiene enfrente, no hila tan fino. Y cuando te querés acordar, estás en la puerta del horno, lista para la cocción, adobaba y con papas y todo.


En otras palabras, el mundial pasó, el planeta volvió a girar sobre su eje, el marido de Ana se restableció de su convulsión deportiva, se despegó del sillón y devolvió el control remoto al uso familiar. Pero la vida había cambiado a su alrededor. Sin saberlo, de pronto ya no eran dos, eran tres. En verdad dos y medio: porque de pronto, y sin dar mucha explicación, el adverso al fútbol desapareció.
Se esfumó como la copa del mundo para Messi y Teves.

El celular de Ana dejó de sonar a cualquier hora del día, y ella abandonó el hábito de salir de casa sin hacer ruido en mitad del partido. De pronto mi amiga había perdido un marido y extraviado un amante, casi al mismo tiempo y sin mucha posibilidad de procesarlo.

Nada más una cosa tuvo clara, desde ese día en adelante. Algo que aprendió como regla, mandamiento, ley imposible de quebrantar: apoltronados en sus sillas, delante del televisor antes de que empiece el partido, abigarrados de cerveza y con un botón de la camisa abierto porque la prenda cedió ante la imposición de una panza prominente, los hombres pierden el 45% de su atractivo. Sin embargo, mejor emprender la retirada frente al que te dice, desde su más íntegra masculinidad, “Ah, no sé contra quién juega Argentina, no miro fútbol”. Huyamos hacia la derecha, Hannibal viene marchando.

sábado, 22 de marzo de 2008

La soledad es un mensaje de texto que no llega


No me digas, amiga, hermana patética de más de treinta, que nunca te sentiste más sola que después de quedarte todo un fin de semana esperando un mensaje de texto que no llega.

Porque un mensaje de texto no es lo mismo que una llamada telefónica o un mail: un mensajito no se le niega a nadie!!!!!. El problema es que a veces, nadie tiene algo para decirte, ni siquiera quitándole las vocales para escribirlo más rápido.

Entonces, empezás a considerar todas las posibilidades por las cuales no te llega el sms esperado, dejando fuera, por supuesto, la consideración que más se acerca a la realidad: nadie te quiere escribir!!!.

En primer lugar, comprobás si te funciona bien la línea. Llamás al asterisco correspondiente a tu compañía de celular y te das cuenta que lamentablemente la línea está en perfectas condiciones, no así tu ego.

Después, pensás que el sujeto no – escribiente, tiene algún problema con su propia compañía telefónica, le hacés un toque emitiendo mostrar tu número para no quedar como una desesperada Penélope virtual.

Pero no, no… el chico te atiende sin demoras. Descartadas otras tantas posibilidades: que no tenía señal, que le robaron el tel, que se lo olvidó en un bolsillo, que le mojó, rompió o incendió. De eso nada: la única opción que queda en pie es la de la falta de crédito. Pero en el fondo, sabés que existe la recarga de emergencia, los artilugios no se agotan si el interés tampoco.

Siempre quedan otras cuestiones a tener en cuenta, pero son más cercanas a la ciencia ficción: por ejemplo, que el dueño del teléfono no agendó tu número, y que sin querer borró todos los mensajes de la bandeja de entrada… me ha sucedido, pero en general, coincide con una marcada falta de interés en el remitente.

En serio, chiquita que estás sola y esperas, no hay alternativas: Cuando un sms no te llega, es, lisa y llanamente, porque no hay quien lo envíe.

De nada servirá que pongas el teléfono en silencio, para que al menos te quepa la ingenua posibilidad de mirarlo de vez en cuando, menos que lo apagues, porque, te tengo una triste noticia: cuando lo enciendas y no entre el mensaje inmediatamente, te vas a deprimir más!.

Tampoco que escribas primero: porque si no hay devolución, te vas a sentir dos veces más tonta y patética. Y si te contestan, siempre te va a quedar el mal sabor de haberle provocado una cierto benevolente sentimiento de gratitud al otro, que se muestra condescendiente y solidario, ni más ni menos que eso.

En fin…..si decidiste comprarte un celular, estás condenada: los fines de semana que no tengas que hacer nada más que esperar el sms de tu desvelo, no te va a llegar. Y cuando te programes hasta el último minuto de tu viernes y sábado, porque más vale estresada que deprimida, el maldito aparatito sonará, inoportunamente, cada diez minutos, trayendo todos esos mensajes de texto que en otro momento de sano patetismo, te hubiesen hecho tan feliz……y ahora sólo son una aguja en el pajar de tu casilla saturada.

lunes, 10 de marzo de 2008

Un momento impostergable: me quieren salvar de morir soltera


Lo peor de estar sola no son los peligros externos. Eso se soluciona con rejas y un cuchillo debajo de la almohada. La etapa más peligrosa es tener que resguardarse de la buena voluntad de toda una familia, qué digo de toda una familia….más bien de toda la sociedad en su conjunto!!!!!!!!! Es que para el resto del mundo, es decir, para todos los que integran la parte del globo de-los-que-tienen-un-palenque-donde-rascarse, los que integran la mitad de los solos, la soledad es una especie de sarna, sin gusto y que pica mucho.

La gente normal, la que va al supermercado a comprar los cereales del tigrecito, la que departe de vez en cuando con los amigos juego de mesa mediante, la gente que se compró con esfuerzo un Renault 12 y ahora lo piensa cambiar por un ford sierra modelo 85’, la gente media de clase media…. ESA ES LA QUE TE QUIERE BUSCAR COMPAÑÍA.

Porque, seamos sinceros, no hay peor soledad que la de la clase media.

Los pobres nunca están solos. Los ricos están acostumbrados. Pero la clase media padece la soledad horriblemente. No tener con quién ir al cine, tomarse un café o mirar los avisos clasificados es, decididamente, un padecimiento de lunes a jueves, un horror el viernes a la noche, una tortura el sábado y un suicidio el domingo.

Por eso, comienzan a llover las geniales ideas de parientes, amigos y compañeros de trabajo, entre otros solidarios que buscan que abandonemos la solitarias playas de la melancolía y nos subamos al crucero de la diversión colectiva!!!!!!

Lo que se viene después es siempre muy parecido a un desfile de máscaras de carnaval, en la que vertiginosa carrera para que dejemos atrás las pilas de cajas de carilina.

Pero, no nos engañemos, el resultado de la desesperación de los demás puede ser la puerta de entrada a un laberinto de furia (la nuestra) de la que no nos será fácil salir.

Los resultados de las presentaciones pueden ser horrorosos.

“Es un poco más petizo que vos, pero tiene tu misma onda” (seguro que resulta ser un enano impagable, o un boludo importante, ¿por qué la gente confunde “boludez” con “onda”?)

“Si no te habla al principio es porque es tímido” (en los diez primeros minutos de la salida me aburrí más que viendo la película “El Arca Rusa”)

“Es divino, no sabés lo atento que está a sus hijos”

(-Hola? -Si, hola, mirá te quería explicar que no te voy a poder pasar a buscar porque Marita tiene fiebre, 36 y ½, pero me quiero quedar acá por si le sube más”
-Pppppero………Marita tiene 18 años!!!!!
-Ah, vos porque no tenés hijos, para un padre los hijos siempre son chicos…………
- tu tu tu tu tu tu tu tu …………………….)

“y, lindo no es………..pero no sabés la plata que tiene!!!!!!!” (resulta ser que no sólo que no es lindo, sino que ganó el primer premio en el concurso de “elegí tu propia careta”, encima se compró un celular corporativo con la madre……)

Decididamente, la cosa se pone peor cuando tu entorno se da cuenta que a pesar de los esfuerzos, tu soledad se está volviendo estructural. Quieren salvarte antes de que sea demasiado tarde y los principios activos de la sociabilidad de la raza humana comiencen a desvanecerse en tu información genética.

Tu madre se cuestiona la posibilidad, horrenda por cierto para ella, de que NUNCA LA CONVIERTAS EN ABUELA.

Tus amigas ya perdieron la cuenta de cuántas veces te arengaron una relación para que te dure, y tus hermanas/os temen que sus hijos sigan tus descarriados pasos.

A esta altura, cualquier opción parece ser buena……..¿regalarte un perrito? ¿comprarte un helecho? ¿criar los niños de otros? ¿buscarte un curso de inglés, manualidades, plomería Express?

Bueno, bueno…. A no desesperar. Lo bueno es que siempre se pueden inventar excusas, y de eso se trata el próximo capítulo.

domingo, 9 de marzo de 2008

¡SOCORRO, ME ACOSTÉ CON MI JEFE!


Una de las máximas que nos enseña el diario de Bridget Jones, y que a cuanta mujer que le ha sucedido sabe que es la muerte de la relación laboral, es esta: “Tendrás que cambiar de trabajo tarde o temprano si te acostaste con tu jefe”

Cuánto lamento, pero si te ha pasado o te está sucediendo, comunicaselo a tu currículum: Es hora de fotocopiarlo y salir huyendo.

La situación pseudoamorosa –enfermiza – humillante y por qué no paranoica de mantener una relación amorosa – sexual y dominante con un jefe, director, gerente, editor, y/o compañero de rango superior, siempre, querida mía, chiquilina ingenua que has creído en frases tales como “ya veremos como podremos blanquearlo” SIEMPRE TERMINA MAL.

Mal que me pese, y creeme que en cierto modo es incómodo ser lo que un alfiler a un globo en este momento, es mi deber advertírtelo: en el mejor de los casos, terminarás freezada cuál merluza fuera de temporada y en el peor, haciendo uso de la obra social para asistir al diván.

En este último caso, tené en cuenta algunas cosas que no sucederán:

· Una relación amorosa no se define proporcionalmente al tamaño de tus ojeras. Es decir: no por muy pronunciadas que lleves tus ojeras al trabajo el señor se va a decidir por estar con vos, dejemos eso para las novelas de Andrea del Boca, que también supo que sus escenas de tragedia dejaron de garpar, por eso ahora despotrica contra los hombres bajo el lema de “la mamá del año”
· Sospechá enormemente si ante la pregunta de “cuándo nos vemos?” el jefe te dice más de dos veces en una semana “ya lo arreglamos” o bien “ya vemos” hmmmmmmmmmmmmm….yo en tu lugar iría consultando la agenda de contactos…………

· El punto de inflexión es cuando la cosa viene lista para que te empaqueten y te coloquen la etiquetita de “producto para freezer” ahí ya estamos en la puerta del horno, con papas y todo. Perdón por tanta sinceridad, pero si llegó ese momento, temo que ya es demasiado tarde, estás siendo adobada para el carneo.
· Siempre la dignidad ante todo. La única salida ahí es la huida. Yo de vos me iría ajustando las zapatillas de Julia Robert en “la novia fugitiva” y colocándome en posición de maratonista, al grito de “huyamos hacia la derecha” o “soldado que huye sirve para otra batalla” tomaría carrera y buenas noches, buen provecho, si te he visto no me acuerdo, enfilaría para el Correo Central a firmar el telegrama.

O bien, puede que seas del estilo de las que dan batalla, preparate para tener que utilizar las armas más letales! Desde amenazas verbales hasta cartas documentos, pasando por otro tipo de artilugios laborales, existe toda una gama de productos para exterminar esa enfermiza situación, pero todos tienen efectos colaterales! No te engañes: Nikitas hay muy pocas.
Lo más probable es que, de tomar ese camino, la que más salgas chamuscada seas vos, pero hay quienes han sido una importante piedra en el zapato para un jefe del estilo “úsalo y tíralo”

No sé cual será tu determinación, pero lo bueno es que asumas las consecuencias de antemano: para mi, lo mejor es la sinceridad de Bridget “Me tengo que buscar otro trabajo porque me tiré al jefe” esa es una excelente carta de presentación para buscar nuevos horizontes……
Ahora……………. De ser posible, no te pierdas dejar en el recuerdo y en las retinas de los otros, una buena escena del Diario de Bridget……. Y es esa en la que nuestra rubia y robusta heroína se retira del canal contándole a todo el plantel de reporteros por qué debe abandonar su trabajo!!!!!!!!!!! No te prives de hacerlo!!!!!!!!!!!!!!!!