sábado, 15 de noviembre de 2008

El Palito Ortega

Entre las distintas tipologías de periodistas que pululan en este viciado ambiente de las redacciones (entre los que podría reconocer algunos al vuelo: el psicópata, el pajero intelectual, el trabajador obsesivo, el drogadicto reventado aficionado a cagar mujeres, el demandante absurdo, el vanidoso al pedo, el escapista, el degenerado y el simplemente inútil, ya hablaré de ellos en alguna oportunidad) existe uno destacable por su afición a la pelotudez, lo he denominado el "palito ortega".
El palito es algo así como un boludo alegre, al que todo lo que le vendés le viene bien. Como no lee, escucha las noticias pero no las entiende y no decodifica más que los programas del estilo "magazine mañanero" -por lo tanto es más probable que esté al tanto de quien quedó eliminado de Bailando por un Sueño, pero desconoce que en la Casa de Gobierno una docena de empleados estatales tomaron de rehén al gobernador y lo obligaron a pasearse vestido de Minnie por la Peatonal Sarmiento - es probable que publique cosas que ya salieron hasta en el Correveidile y crea que tiene la primicia de la semana.
El palito se roba sistemáticamente las revistas que vienen como anabólicos en los diarios, tiene especial afinidad con la 7 Días, Rumbos, y ni hablar de la Touch! y Uno Decora, desaparecen de la redacción como por arte de magia.
Trae un tupper con comida que se encontró en el fondo de la heladera de la casa de su madre, que generalmente consiste en pizza fría con una feta seca de jamón, a la que se le doblaron las puntas, y una aceituna al borde de la deshidratación.
Se viste con ropa de niño, cree que es inimputable porque se anima a caer a trabajar con una chomba de cuando iba al polimodal, bermudas de jean y mocasines de nobuk con medias blancas.
Generalmente está de novio con una estudiante de odontología, o la secretaria de una prepaga que conoció en una nota arreglada.
Le gusta escribir notas de las AFJP, Anses, Obras Sanitarias o la Policía. Busca lo novedoso, pero siempre es una noticia inflada detrás de la cual no hay nada más que un poco de humo.
Palito es muy amable con los jefes. Tiene siempre una actitud amigable con los gerentes y casi siempre el dueño del multimedio lo conoce por su nombre y apellido, no porque sea un periodista brillante, sino porque él se encargó de mandarle un regalo para su cumpleaños con una tarjetita escrita con bolígrafo azul.
Palito no toma mate. Dice que no le gusta, pero en su interior tiene negada la posibilidad de succionar una bombilla a la que todos babearon previamente sin morirse de asco en el intento. Prefiere prepararse un té o una yerbita digestiva.
En verdad, no es un tipo feo, pero ninguna mujer de la redacción lo miró jamás, nada más porque tiene menos sensualidad que el hombre vestido de hamburguesa o el payaso extorsionador que obliga a los padres a comprarle globos a los niños. Igual queda claro que las periodistas amamos meternos con el drogadicto reventado aficionado a cagar a las mujeres, pero eso es motivo de otro post.
Al fin, todos sabemos que con Palito no se puede contar, que no figurara jamás en nuestro facebook, pero para la tranquilidad de nuestras conciencias, no está dentro de sus aspiraciones integrarse al grupo humano de ninguna actividad laboral. Está muy ocupado consiguiendo la lista con la fecha de cumpleaños de los gerentes generales.

1 comentario:

La vida te despeina dijo...

Increíble la cantidad de categorías que se pueden encontrar en esta profesión. Esto es una máquina de juntar garcas y pelotudos, y de cagar a los pocos que creen que van a cambiar el mundo...