lunes, 21 de febrero de 2011

Feliz cumpleaños a mi!


Todos los que me conocen, saben que odio mi cumpleaños. Lo saben, justamente, porque me conocen y me quieren.
Soy amarga,
No me gusta festejar, y si me gustara, no tendría un mango para hacerlo,
Llamar la atención no está entre mis prioridades en la vida, por lo tanto que me canten “cumpleaños feliz” mientras yo pongo cara de monga agradecida, ha sido una situación no superada, cumpleaños tras cumpleaños, desde los 8. Bueno, en fin, no me gusta cumplir años.
Pero justo en este 2011, se me ocurrió aprovechar esa posibilidad cursi de apagar las velas y pedir deseos. Voy a valerme de todas tus velas, 2011. y otra que tres! todos los que se me ocurran voy a pedir!
Cuando apague las velitas, desearé:

Que los garcas de este mundo, de este continente, de este país, y en especial, de esta provincia, no sean tan impune, inmunda y prolijamente garcas. Digamos, que no se esfuercen tanto en ganar la mención de honor en la academia de cagadores profesionales. Es la universidad que más gente está llevando a sus pupitres en la última década.

Que los medios de comunicación valoren el trabajo y el esfuerzo de quienes trabajamos, y que día a día tratamos de hacer más noble esta profesión del periodismo (que algunos intentamos ejercer dignamente y con vocación, aunque nos gustaría poner una bomba de vez en cuando, pero no lo haremos)

Que los nabos que conozco sean menos nabos. Si en la academia de cagadores profesionales hay anotados muchísimos alumnos, los nabos no son muchos menos. Quieren ingresar al selecto grupo de los garcas, pero no son admitidos todavía, por nabos. Vamos chicos, tráguense un libro de vez en cuando, no van a morir en el intento. (el deseo vale también en femenino)

Que los hombres encuentren por fin ese rol que han perdido. Lo digo desde mi más convencido y ferviente feminismo, muchachos, organícense. Están cada vez más extraviados. No son todos, pero muchos no saben si quieren seguir siendo hijos eternos, si quieren ser langas eternos, si tienen cuarenta entran en crisis, si tienen 20 quieren tener 16. Un toque de ubicación y todos seremos más felices.

Que las mujeres dejemos de ser tan boludas, chicas, por dior. Basta de evocar en todas nuestras acciones a Coty Nosiglia. Basta. Quememos las bombachas rosadas en una gran hoguera y para siempre. Dejemos de esperar cosas que nunca sucederán y vayamos por las posibles. Quememos las naves en las que todos los días zarpamos esperando el milagro, sobre todo, abandonemos esa convicción de que alguien nos tiene que salvar, salvémonos a nosotras mismas. Un toque de ubicación y todos seremos más felices.

Que los radicales se dejen de pelear.
Que los peronistas dejen de echarle la culpa a la gestión anterior
Que los kiosqueros consigan monedas
Que la dirección de vias y medios ponga más bocas de expendio de red bus
Que los de la farmacia Mesura de la esquina de mi casa dejen de dar el vuelto en tafiroles.
Que el padre de la almacenera Claudita se ría este año.
Que el mozo del Dunken deje de ser tan amargo
Que baje el café: 7,50 es mucho, chicos.
Que facebook agregue la función “no me gusta”
Que vengan rápido las vacaciones que, imbécilmente, me pedí la segunda de marzo.
Que todos mis amigos y hermanos sean más felices
Que mis viejos vivan muchos años.
Que mis sobrinos me quieran mucho,porque ellos tendrán que ir a visitarme al geriátrico (y quizás,pagármelo)
Que mi perra vieja se deje de enfermar, me cuesta una fortuna

Que mis enemigos sean más invisibles y que se dediquen a otra cosa, odiarme a mi no garpa, chicos. No soy ni seré importante, y además, a mi me gusta demasiado pasarla bien como para tener tiempo de ver como me voy a defender de ustedes, ni me interesa.

Que gane el mejor! Y que a todos los que no nos interesa competir, nos dejen de romper las pelotas y podamos disfrutar lisa y llanamente de la vida!
Chau, hasta el año que viene!

viernes, 18 de febrero de 2011

Lolitas y Machitos


Ayer me pasó. Justo cuando termina la semana y la cabeza promete explotarme como una granada de mano. Justo ayer. Qué desgracia. Todo el día de quilombo en quilombo, y casi a las 12 de la noche, engancho el trole Parque para volver a mi casa. Tenía ganas de llorar del cansancio, el lóbulo frontal del cerebro dilatado, el ojo izquierdo dando latidos furiosos, la conjuntiva inflamada. En fin, un despojo humano que es lo que el jueves devuelve de lo que yo llevo el domingo a trabajar. Y como una burla descarnada del destino, las vi. Se apiñaban en el fondo del trole, como comadrejas a punto de aparearse. viajaban en alterado racimo. Eran las lolitas.
Una docena de ellas, perfumaditas. brillosas. Rubiecitas. Altaneritas. y lo peor, lo más lacerante, lo más intermitente, lo más suicida, lo que más hacía palpitar mi cervical: sus pequeñitos alaridos de niñas de 15 histeriquéandole a niños de 16, los machitos. También ellos, con su inconfundible olor a transpiración mitigado con desodorante axe, viajaban en el trole Parque. Rumbo a algún lugar de la Arístides, que lamentablemente para mi, no alcanzaríamos tan rápido.
Me hubiera tirado por la ventanilla, de haber podido hacerlo. Pero sabía que llevaba la netbook en la cartera y que esta se quebraría en mil pedazos, y que la quiero más que a mi cervical y la cuido casi tanto como a mi lóbulo frontal. Por eso no me eyecté.
También las hubiera asesinado, una por una, con mis propias manos, extirpándoles primero, las afiladas cuerdas vocales, responsables de tan agudos y malditos aullidos de lobitas en celo.
Esa laceración inútil del silencio con las cuchillas escolares oxidadas de sus vocecitas insoportables. Deberían estar las 12 presas por eso.
Cuando el cerebro me estaba a punto de salir derretido por las orejas, llegamos. Se bajaron. Estuve a punto de gritar ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Bien!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y tirar papel picado por la ventanilla del trole. Pero cuando el festejo estaba en las puertas, comenzó otra y más insoportable perorata: ellos, los machitos, tomaron el trole. Y todo fue peor que con los chillidos de las pequeñas gritonas.
Los machitos, entrenados de chiquitos por padres machotes, por tíos cancheros, por vecinos vivos, por amigos mayores, esos pequeñuelos que a los dieciseis no han hecho otra cosa interesante que encerrarse sistemáticamente en el baño de sus casitas, pero que ya tienen incorporado el germen del machismo como la marca en el orillo, comenzaron a burlarse machistamente de las lolitas.
"Imaginate viendo un partido con esssstas (remarcando las esesssss bien remarcadas) no se podría aguantar, no se podría" (infaltable capicuísmo el del machismo)
"seeeee -repetía otro con cara de masturbador compulsivo- imaginate. que te estén preguntando por qué pateó esste o aquel, mejor que se queden gritando y lavando los platos"
"Jojojoojoo" repetía el coro de bestias en ciernes, festejando la estupidez más ingeniosa. Riéndose a lo Bibis and Budgets.
Ahí ya me saqué y me tiré del trole nomás, protegiendo a la netbook como pude, que resistió al embate de la huida. Ahora sólo me queda recuperarme de la hinchazón del lóbulo frontal y desarticular el latido de mi ojo izquierdo. Y cargar el revólver que llevo en la cartera, porque la próxima vez, lo pienso usar.

viernes, 11 de febrero de 2011

Por qué odio el "día D"


En serio, asumámoslo de una vez: no es normal que la gente necesite un día para festejar cada cosa. Día de la enfermera, del médico, del jardinero, del maestro, del amor, del sobrino, de la secretaria, del odontólogo. Esa afición a llenar agendas, comprar calendarios de mano para no olvidar, para saber qué día, en qué momento, a qué hora enviar el regalito, recordatorios en el celular. Estrés en estado puro.
Esa inmensa máquina de producir objetos, un día nos va a aplastar. vivir ya es suficientemente complicado sin tener que tener en cuenta esos detalles, ese ruido en nuestras agendas.
Dentro de poco no existirán días libres. Habrá que inaugurar una vida paralela para llenarla de fechas para cumplir.
Yo me acuerdo del día que escuché hablar por primera vez de Piñón Fijo, por ejemplo, cuando aún era un payaso desconocido, actuando a la gorra en las peñas de Córdoba. ¿Eso tiene algún valor para la sociedad? ¿Podría inventar una fecha que me recordara el día que escuché por primera vez hablar de Piñón Fijo?
No creo que a nadie le interese eso. A mi tampoco me interesa el día que se murió un santo que parece que tenía un aire a Roberto Galán.
También recuerdo, con una melancolía infantil, el día que canal 13 dio por concluida la noventosa serie Clave de Sol. Fue un terrible momento para mi, que era su fan número uno.
¿Podría toda la sociedad acompañarme en ese recuerdo? Sé la respuesta. Entonces, ¿por qué tendría yo que celebrar que un coro de niños cuyos padres se golpearon la cabeza festeje Halloween?
Basta con las fechas. Si no tienen en qué gastar su dinero, si buscan una excusa para justificar su adicción a la compra compulsiva, inventen un calendario propio y láncense a las calles a acallar ese animal desbocado que devora objetos. No involucren al resto de los mortales en esa necesidad con fecha de vencimiento.