En estos tiempos en que hasta un helado de dulce de leche y chocolate tiene que venir tuneado, y que darle ese valor agregado ridículo que el marketing indica, consiste en señalarlo en la lista de la heladería como “sweet of milk in the sky” o “chocolate gold across the universe”, todos tenemos que tener una fórmula para pertenecer al círculo íntimo de la boludez Premium. Por eso, quiero proporcionarte, querido amigo, apreciada amiga, algunos tips para convertirte en ese pelotudo incomparable, que merece una medalla de oro en el Salón de la Pelotudez 2010.
• Indispensable conseguir un celular último modelo, blackberry que te adivine hasta el estado de ánimo o I Pod que hasta recite las declinaciones en latín. No podés quedarte afuera del selecto grupo de pelotudos que se sienten exclusivos haciendo sonar esos pequeños monumentos a la dependencia comunicacional en cuanto lugar incómodo pueda existir: micros llenos, ascensores herméticamente sellados al vacío, la cola del rapipago entre el 5 y el 10 de cada mes, o la sala de espera del odontólogo.
• Twittear a cada rato y sin parar todo, absolutamente todo lo que te encuentres haciendo o pienses hacer en los próximos diez minutos, hora y media o diez años. “Salando la carne”, “abriendo la canilla del baño”, “cambiando la pastilla desodorante al inodoro” “comprando berenjenas en la verdulería” “depilándome las cejas” o “hirviendo el mondongo”, son cosas que toda la sociedad tiene que saber de vos. Por favor, no nos prives de eso.
• Pasarse una semana entera comiendo hojas de lechuga condimentadas con sal de mar, para el domingo agarrarse un atracón memorable con cuatro kilos de asado, dos baldes de helado y ciento cuatro libras de papas fritas.
• Si sos mujer, tener dos, tres o cuatro trabajos “porque soy una mujer independiente” y después llegar a la casita y atender a marido, hijos, mascotas y plantas abnegadamente. Un acto de pelotudez desmedido, si los hay.
• Succionar insistentemente las medias, zoquetes y medibachas de los jefes o jefas, superiores o gente de gran importancia dentro del medio en el que uno se desempeña. Algunos lo consideran un acto de inteligencia necesario. Yo creo que es uno de los grandes actos para exacerbar la pelotudez que existen sobre la tierra.
• Pasarte un día entero enviando mensajes de texto a alguien que no quiere y no va a responder a nuestro pedido desesperado. Ante el reclamo de acoso, asegurar que el celular se volvió loco y envió tres veces el mismo mensaje. ¿Quién no ha cometido este acto de inferioridad intelectual alguna vez?
• Jurar y perjurar “a esta cama no he de volver” y encontrarse de nuevo enredado en las sábanas más inconvenientes del mundo.
• Envidiar los logros de los demás pero intentar disimularlo con una media sonrisa electrificada en la cara
• Pasarse el día criticando los errores ajenos mientras puertas adentro de tu vivienda no sos capaz ni de darle vida a un tamagotchi
• Juntarte con gente que hace años que no ves y no parar de mentir acerca de tu exitosa vida. Eso es tan decadente que deberías estar preso por falso testimonio.
Estos son algunos de los motivadores argumentos que pueden llevartete a ganar el título del Pelotudo Argentino por antonomasia, que el periodista Jorge Lanata inentó describir a través de su manual. Y sino, apenas una mención, apenas una nominación para el empleado del mes del emporio de la boludez humana, ese que con tanta garra nos han intentado enseñar por años. Si es así, apenas te ganás un espejo retrovisor, para que viajes constante sintiendote acosado por la inteligencia, que aunque te persiga, siempre sabrás como ponerte al resguardo.
1 comentario:
Excelente me encanto..... aca uffff te encontras varios con sus ipone o el otro blac y lo peor es que se lo muestran... en vez de tenerlo y punto.
Me mata de risa esas cosas...
besos y me encanta como escribis... yo soy un desastre escribiendo. besos grande y te sigo leyendo.
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