viernes, 22 de octubre de 2010

El camión de la alegría (dedicado a las desquiciadas que hacen cola frente al camión de days)


Peatonal Sarmiento y San Martín, pleno corazón del microcentro mendocino. Un camión de toallas y protectores diarios femeninos, que exhibe orgullosamente su slogan "Days, 28 días con vos" reparte generoso, cuál político en campaña, buena parte de sus productos en forma gratuita.
Sin embargo, para obtener el preciado botín, cientos de féminas extrañamente abducidas por una fuerza sobrenatural, proveniente de ese desproporcionado rodado digno de una Barbie con el periodo, se someten a una espera de varios minutos, sino una hora, para que les entreguen 2, Dos!!!! II, d-o-s, paquetes de toallas femeninas, tal y como si viviéramos en Cuba y Estados Unidos hubiera decidido bloquear la entrega de ese elemento higiénico.
Desde que trabajo en periodismo, mi capacidad de asombro no tiene un límite definido. He visto cosas inverosímiles y reales, como por ejemplo un árbol de navidad gigante, hecho con botellas de coca cola que un orate elaboró cuidadosamente en su patio, esperando que la empresa Coca Cola and Co lo premiara, y que no recibió ni una botella de gaseosa gratis y otro tipo de desquicios, de todo grupo y color. Pero sinceramente, que un conjunto de señoras, jóvenes y adolescentes (porque puedo asegurar que las había de variada edad) pierdan preciosos e irrecuperables instantes de su vida, en ser bendecidas por el camión de days, me supera. Debería ser motivo para perder la paz social y emprender una guerra civil contra esta gente.
Como piso quince minutos y como techo una hora. Eso es lo que pierden las sopencas que creen que ganan algo.
En ese tiempo te depilás, te hacés una tarta de verdura, te cortás el pelo, caminás descalza en el jardín de tu casa, regás las plantas, te vas a comprar un helado y te lo comés sola, ves una serie, te limás las uñas y te sobra tiempo para armar dos autodefinidos, si es que tenés ese tiempo para perderlo definitivamente. Peor sería pensar que estás resignando algo más importante por la cola de days.
Asumilo: si perdés quince minutos de tu tiempo por dos packs de toallas y si además, ocupaste cinco o diez minutos más revolviendo los cajones del baño, buscando paquetes de days vacíos para canjearlos por nuevos, necesitás contención psicológica urgente. A lo mejor, en lugar de acudir a tu obra social, te parece una buena opción seguir al tren sanitario para ver si te asiste un psiquiatra. Eso si: llevale dos blister usados de rivotril, a lo mejor la consulta te sale gratis.

1 comentario:

L'hora del tàper dijo...

Me ha gustado tu punto de vista, aunque no me considero una desquiciada. Mira, para mi, es como un pequeño hobbie. Puede sonar raro, pero es cierto. Quizás también es sólo una manera de sentir que tengo cosas gratis cuando todo lo demás lo tengo que trabajar tan duramente.