miércoles, 6 de junio de 2012

El periodismo, el amor y un código de barras

Hace ocho años que atraviesa cada día de mi vida. Desde que nos conocimos, nuestra relación ha sido te amo, te odio, dame más. Es verdad que hemos tenido nuestros altibajos. en este tiempo, hemos discutido, nos hemos peleado a muerte, nos hemos separado. Es verdad,yo lo idealizaba. Creí ciegamente en su capacidad para cambiar el mundo. Pensaba que siempre debía estar del lado de los pobres, para resolver las injusticias de los hombres. Creí que su boca siempre estaba limpia, y que no iba a correr sangre en vano sin que él levantara la voz para denunciarlo. Un día me demostró que no. Me mostró su código de barras. Me confesó que todo esto tenía un precio, y que él cobraba muchas veces por sus servicios prestados Te prostituís" le dije. "Si, -me respondió-. pero nunca te engañé. te lo dije y no me escuchaste". Era cierto. la verdad siempre había estado allí, frente a mi. pero mis ojos estaban nublados de amor por él. Me sentí traicionada, lloré sobre mis propios sueños. nos separamos. yo dejé de amarlo intensamente, como se ama lo que no termina de comprenderse. Con en tiempo, ya no consideré posible el romance. pero pude volver a hablarle. lo vi en su justa dimensión. ya no era la salvación del mundo. y yo ya no sentía un amor incondicional por él. supe que su naturaleza era la infidelidad, que hoy estaba de mi lado, del lado de mis ideales, y que mañana se iría con cualquiera que le propusiera algo mejor. Ahora somos socios, podemos trabajar juntos pero yo me cuido de él. Viene, con su caja de herramientas, yo las uso, intentamos darle forma a este oficio. Yo pienso que con el periodismo, se puede mejorar la realidad pero no cambiarla. No me desvelan sus métodos, no le dejo mi vida para que la custodie. el periodismo es y será un cuchillo. una herramienta útil en las manos correctas, un arma blanca en las incorrectas. Lo respeto con cierta desconfianza. Guardo una prudente distancia. Ambos vivimos nuestra vida, aunque trabajemos juntos. No pienso en culparlo por todos los males de este mundo, pero tampoco creo que pueda solucionarlos. No limpiará jamás las manchas de sangre, apenas puede mostrar que se derramaron. Feliz dia a todos los que, respetablemente, ejercen este oficio.

No hay comentarios: