viernes, 19 de febrero de 2016

Los gatos sabemos esperar (la respuesta de Matute a Cardone)

La foto de la vergüenza: Daniela y yo en Luján
Querida Daniela:

sincerémonos. Nunca me quisiste. En tu vida fui un adorno. un triste suplemento felino a tus necesidades básicas insatisfechas.

Lo bueno es que me 
di cuenta a tiempo. Cuando aún era un ser gatuno vivaz y atrevido, que quería escapar. Lo sabías, sabías que en cuanto abrieras de más una puerta o una ventana no iba a volver. Por eso me has dejado atrapado para siempre en esta posición de fuga inconclusa.
Pero esto de pasearte como una delirante por todos los medios con mi cuerpo rígidamente preparado y convertido en un extra en tu película de diva venida a menos, cuando debería estar enterrado como Leono manda, no tiene perdón.

Posar con el cadáver de un gato al que supuestamente quisiste pero no te da ni pena ni pudor mostrarlo al mundo como un trofeo horrible de la posmodernidad, es abrirle una puerta a la locura y el bizarrismo sin límites.

Esto es peligroso no gracioso ni cool, entendelo!

Si un gato tiene siete vidas mientras transcurre su sutil existencia por la tierra no sé cuantas resurecciones tendrá permitidas.

Pero en todas y cada una de ellas me vengaré puntual y prolijamente de vos.

Me encargaré de que no descanses nunca en paz.

Con suerte reencarnaré en la enfermera que no te dejará morir, y que cada vez que estes en las puertas del infierno, te ayudaré a regresar a tu cuerpo que ya por esas épocas lucirá mucho más decrépito que el de Mirtha, te lo prometo.

y dejaré entrar a un fotógrafo furtivo hasta tu última morada para que seas la tapa de la paparazzi.

No lo dudes, los gatos sabemos esperar.

Con afecto incondicional:

Matute.