lunes, 28 de julio de 2008

Say no more en el colectivo

El mundo es un lugar molesto para mi. Desde pequeños inconvenientes, como revolver el bolso porque no doy con las llaves y encontrarlas enredadas en los auriculares del mp3, hasta grandísimas molestias, como no conseguir un taxi cuando salgo del supermercado cargada de bolsas, todo puede ser pasible de de arruinarme la vida hasta el otro día. Sin embargo, de las miles de chanchadas que nos depara la cotidianeidad, no hay nada que me predisponga peor para subsistir que alguien me hable cuando me subo al colectivo a la mañana.
Para mi el viaje en micro se hizo para pensar.
Por eso prefiero salir antes de mi casa y enganchar el que más tarda en llegar a mi trabajo.
El viaje es mi agenda mental. Mirar por la ventanilla me abre la imaginación.
Resuelvo problemas, se me ocurren ideas,organizo notas, recuerdo lo que tengo que hacer y saco cuentas.
Por eso, odio tomar contacto con la gente en este tramo de mi existencia. No soporto contestar el celular,saludar y conversar. He dejado de hablarme con personas conocidas para siempre sólo porque coincidía con ellas en el mismo pasaje, y sabía que si una vez las saludaba, tendría que ir charlando con ellas cada vez que nos cruzáramos. Por eso, y esto es la pura verdad, prefiero pasar por antipática, insoportable, desagradable y pedante, y no estar a merced de estas charlas mañaneras que me caen peor que comerme un pedazo de pizza fría en ayunas.
Quizás puedo enviar un sms, a lo sumo, dos o tres mientras me deleito con las maravillas del transporte público de pasajeros, pero ni siquiera soporto escuchar música, aunque los auriculares me han salvado en más de una oportunidad de algún pasajero molesto que quiere iniciar un intercambio verbal imprudente y mal educado. Detesto darme cuenta que alguien me está mirando fijo, listo para encarar el diálogo.
El colectivo no se ha hecho para andar uniendo soledades, ni como terapia de grupo para gente que no tiene con quien hablar. Al menos a mi, no me miren. No tengo intenciones de sacar a nadie de su pozo depresivo y solitario. Yo estoy feliz con mi soliloquio, Háganme caso, sigan mi ejemplo! conversen para adentro que hace muy bien.

sábado, 26 de julio de 2008

Qué bonita vecindad...


Si hay personas con las cuáles nunca coincidí en ningún aspecto, esas personas son los vecinos.

En verdad, siempre fui antisociable por antonomasia,pero a los vecinos les guardo un disgusto particular. Quizás porque saben demasiados secretos domésticos, como la cantidad de veces por semana que tiendo medias y bombachas y la calidad de las mismas, ó quizás me moleste esa proximidad premeditada y nunca requerida, o la voracidad con la que se adueñan de los secretos de uno sin que sepamos por donde se filtran.... no sé bien qué, pero siempre he detestado a los vecinos.

De todas maneras, a quien más aborrezco es a Susana y a su perra caniche minitoy. Qué seres parecidos y deleznables. Mi perra ovejero alemán casi se come al canichito endemoniado y yo no se lo permití... cuánto me arrepiento ahora, cuando la escucho taladrarme el cerebro con esos ladriditos infames.

De todas maneras, algunos de ellos son dignos de recordar... muchos ya no están y por hincha pelotas, amargos o excéntricos, deberían permanecer en esta galería de personajes estrambóticos:

Don Álvarez y su pierna ortopédica (a la que yo cariñosamente llamaba "la pata de palo")

Mercedes, solterona por excelencia, siempre con la boca pintada de un rojo furioso y acompañada por sus dos sabuesos de batalla: Laica y Perlita (perlita era una horrible cruza entre rata, chiguaga y murciélago pseudo rabioso)

los hermanos Való o Baló, o vaya a saber uno como se escribía ese apellido, tres hermanos solterones que tuvieron un AMI 8 guardado en un garage durante unos cuarenta años.

Haydé y don Rubén, una pareja algo desquiciada, ella era una señora bastante particular: hacía regalos y luego se las ingeniaba para que el agasajado se los devolviera, de una u otra forma. Mientras que él no estaba dotado de un carácter muy amigable que digamos. De vez en cuando practicaba puching ball con su esposa. De todas maneras, nada fuera de lo común para las rarezas del barrio.

En ese entorno, mi familia brillaba entre las normalidades de la cuadra, aunque luego perdimos la línea y fuimos destronados por gente más paqueta.

y quizás yo, por haber convivido con tanto vecino fuera de lo común, fue desarrollando un odio acérrimo a la multitud -que para mi resulta de la coincidencia en un mismo espacio físico de tres o cuatro personas con las cuales no tengo idea de cómo sobrellevar una conversación por más de siete minutos- y así continuaré hasta el día en el que ya no me haga falta relacionarme más con nadie... estaré muerta o perdida en las tierras del alzahimer, pero ya no tendré que intercambiar vocablos con la humanidad. ¿Será esa la felicidad?

viernes, 25 de julio de 2008

Monstruos Cotidianos


En la vida es fácil encontrarse con estos seres monstruosos. No son tan exclusivos de los cuentos de terror. Andan regados por todos lados, crecen como la chipica, o como esos tréboles molestos entre las plantas. No es que lo inventó el autor de Hannibal Lecter y se ganó un premio por la originalidad.
Y por informales y domésticos, se vuelven tanto más peligrosos. Pueden estar dentro de tu familia, manejando un colectivo o dando una misa. Hasta detrás de un disfraz de muñeco de esos patéticos que obligan a los padres a comprarle un globo a un niño en una esquina.
Pueden venir en formato de jefe acosador, cura inmoral o marido golpeador. Todo el mundo puede cruzarse con uno de ellos y en verdad, no es fácil darse cuenta que están ahí, lo más probable es que uno sea engañado por su presencia, y cuando ya nos hemos puesto sobre aviso, sea demasiado tarde, y el infecto ser ya nos haya dejado clavado el aguijón de alguna forma.
Por eso, creo que una buena campaña en defensa de todas las personas que se los pueden encontrar en la otra esquina, sería desenmascararlos. Un escrache público, al estilo de los que se les hacen a los represores, no sería mala idea, pero no es tan fácil de llevar adelante.
Sin embargo, una campaña de desprestigio boca a boca, es una solución posible y no cuesta nada. Es más: a quien no le gusta contar lo que escuchó por ahí de tal o cual persona. Tanto más hay que hacerlo si el individuo se lo merece.
Una excelente idea que no es mía, sino de una amiga mala y creativa, es hacerlo acompañar al sujeto/a por un delivery del escrache, alguien que lo siga con un megáfono al supermercado, al video club, a la escuela de sus hijos y a su trabajo contándole a toda la sociedad lo que fue capaz de hacer el adefesio mal formado que la juega de sociable y paga los impuestos.
Ya que no hay un tribunal para juzgar a los mentirosos/as sentimentales, a los especuladores afectivos, a los engañadores/as, violentos y violentas, a los que se escudan detrás de su normalidad, a los instigadores/as al suicido psicológico, a los demoledores/as de autoestimas ajenas, PUES AFECTADO O AFECTADA: LA CONDENA SOCIAL ES EL CAMINO MÁS FÁCIL; ABRACÉMOSLO!
Y si no tenemos como bancar un escrachador al paso, hagámoslo artesanalmente: que cada persona que conocemos, se entere de la verdad. Aquel que parece a un buen vecino o vecina, es en realidad un psicópata de maceta. Que al menos se haga cargo de su propia muerte cívica.

miércoles, 23 de julio de 2008

Para qué sirve una familia política



Acá estamos, mi soledad de sábado y yo, para engalanar este blog con un tema que no es menor: la familia política. Para los que tenemos un núcleo familiar numeroso y complicado, llegar a la instancia de adquirir otra familia para la colección de desastres cotidianos es una estupidez que a veces cometemos. Además de ocuparnos de las pequeñas delicias de la convivencia fraterna con la misma gente con la que uno se crió, que de paso conoce nuestras mañas y mal que mal no nos denuncia a la policía del mal gusto, es una batalla que se debe de librar a diario.

Pasados los treinta, todo se pone más complicado.

Los padres comienzan a cobrarse todas las porquerías que les hicimos en la adolescencia tomando el papel de hijos, y así.... la vida se complica en estas épocas.

Y de repente, llegan ellos, con un gran moño y una tarjeta que dicen "pago contra reembolso

La familia política!!!!

Antes de despotricar incoherencias contra gente que uno desconoce, analicemos el
término "política". por algo, no es familia agregada, segunda familia, subfamilia
o algo por el estilo. No por nada, no inocentemente, no por esas casualidades del lenguaje alguien bautizó "política" al grupo humano que viene adherido al novio/a esposo, esposa, y/o conviviente.

Lo que ese cónclave dispuesto a juzgarlo a uno como un tribunal universitario, se parece a un parlamento legislativo, no tiene nombre.

Político es quien, supuestamente, lleva adelante un conjunto de estrategias para representar el poder que el pueblo le ha confiado, buscando el bien común, es decir, el que la sociedad reclama, y el de ellos mismos, por supuesto.

En este caso, papá y mamá postizos son quienes representan al hijo/a que les ha confiado el poder. y siempre van a buscar beneficiar al príncipe consorte, tratando, obviamente, de dificultarle el camino al adversario, en este casó quién lee estas líneas y yo misma.


Por tanto, una familia política, sirve, mis queridos, para tener que negociar con ellos toda la vida, y más vale llegar a un acuerdo que signifique que uno no deberá consultarles hasta cuál es la marca de papel higiénico que más le conviene al componente familiar secuestrado por uno.

Por eso, crean en mi, que lo digo con conocimiento de causa, la negociación más inteligente a la que uno puede llegar con ese dulce montón de gente, es lisa y llanamente, un pacto de no agresión. un don't disturbe, de acá a Japón.

La guerra fría no es buen negocio, también lo digo conociendo el paño. Siempre habrá un camino alterno, un dardo algo envenenado del que uno deberá hacerse cargo en algún momento, y por más que te hayas hecho un sistema antimisiles cual Guerra de las Galaxias, la madre de tu partener encontrará el método de violar el sistema antimisil y cuando menos lo esperes, te habrá enviado uno que destruya tanto escudo cósmico. Por eso, no inviertas tiempo en tratar de defenderte de esta especie. “Si no puedes vencerlos, únete a ellos”, dijo Napoleón.

Y si no podés unirte a ellos, entonces buscate un nuevo domicilio, en lo posible en Sudáfrica o Groenlandia, un lugar al que n se acceda más que en helicóptero, o bien en medio de la selva colombiana, cerca de algún campamento FARC, al que alguien que llega no se va en aproximadamente diecisiete años. La otra que te queda es esperar a que Damián Szifrón reedite los simuladores, y te puedas anotar en un capítulo para que te arreglen la vida.

O también te resta el camino más racional, al que –aunque todos nos resistamos- terminamos accediendo: Participá del próximo asado familiar y llevá siete kilos de helado para el postre (igual, lo más seguro es que no le aciertes en los gustos de la progenitora y también es probable que el padre sea diabético e interprete que quisiste matarlo subliminalmente)

En fin…… la familia política ha sido creada para que negocies con ella, o bien, para que tu abogado la incluya entre las causales de un divorcio contencioso.

jueves, 17 de julio de 2008

A quien se le habrá ocurrido tender la ropa...


De todas las actividades cotidianas que odio en la vida, la que más detesto y aborrezco es tender la ropa.


En primer lugar, porque sale del lavarropas de tal manera que siempre termina en el piso. con el agravante que mi lavarropas está en el patio y la perra también.


Conclusión: o debo dejar escapar a la perra, o debo dejar de tender la ropa. de las dos opciones, la segunda me resulta más viable, pero no la puedo esquivar más de dos o tres días. Porque siempre me pasa que cuando la empiezo a tironear, sale primero la manga de una remera, después una media sin par, inmediatamente la pierna de un pantalón pero ninguna de esas prendas sale completa. comienzan a aparecer por parte, como las piezas de un rompecabezas incompleto que no se terminan de armar.
Hasta que pego el arrancón, harta de sacar ropa mutilada, e intentando que alguna se complete de una vez. Ese es el momento en que recuerdo a la perra, los remolinos de pelo que deja en el piso, la tierra que se junta en mi patio (a la que no soy muy afecta a retirar) .... en fin. es una de las torturas cotidianas que me parece tan insufrible como inútil de padecer. Y sin embargo es una tara infranqueable.

La cosa se complica cuando la ropa queda tendida en forma despareja. Es decir, cuando una sábana, por ejemplo, queda corta de un lado y arrastra del otro. no hay nada que soporte menos que tener que solucionar ese tipo de pelotudeces.

Otra situación que me sucede seguido es demorar demasiado la tarea y que la ropa agarre un olor tan inmundo que la tenga que lavar de nuevo. De hecho, en este preciso momento y cuando escribo estas líneas, en el lavarropas hay un lavado de ayer que nunca saqué.

Después hay otro tipo de detalles insufribles, como perder las medias y encontrarlas dos o tres lavados después en algún lugar de la máquina de lavar, ya roídas de todas las veces que se centrifugaron, o imaginar que una ropa no destiñe, pero no haber tenido en cuenta que la puntillita o el ruedo sí lo hacen y encontrarte que tenés un nuevo estampado bicolor en todo lo que te querés poner.

En otras palabras: Amo el lavarropas automático pero el sádico que se le ocurrió inventar el tendedero y los broches en lugar de idear una fórmula para no usarlos más, se merece ir directamente al infierno, con Kirchner y D'Elía gritando a favor de las retenciones móviles, y De Angeli escupiendo un discurso inentendible sin ponerse el diente postizo.

viernes, 11 de julio de 2008

DOBLE CERO: PERMISO PARA MATAR


¿Qué harías mi querida lectora, si de repente, un día, se instituye el doble cero, código jamesbondista con el que se habilita el permiso para matar, aunque más no sea por diez minutos? En mi lista hay varios blancos. Gente a la que a diario me gustaría asesinar con mis propias manos, por ineptas, molestas, ladinas, obsecuentes, engreídas, mezquinas, aprovechadoras, mentirosas, envidiosas, carroñeras......... Pero si sólo tuviera la posibilidad de llevarme una cabeza debajo del brazo, sé perfectamente a quien iría a buscar.

Si, si. nada original lo mío. Todos sabrían que, si el miserable apareciera culo para arriba en un baldío, la artífice habría sido yo.

y aunque la legislación me avale, no tendría gracia, no habría ningún misterio para develar. Esas tramas que me gustan de las películas....... ni ahí.

Nada de encantador.

Por ahí empiezo por la chupamedias compañera de trabajo, o por la inútil de la oficina de prensa que me obstruye el trabajo, o por ese pariente que hace años viene rompiendo las pelotas. como para despuntar el vicio.

y al marginal mentiroso Quasimodo que me quemó el 70% de las neuronas lo dejo para el final. o le pago a un asesino a sueldo que haga un trabajo más pulcro que el mio. porque con tanta subjetividad, uno no puede llevar adelante un crimen con altura.